Tomate, ajo, pan y aceite de oliva, ingredientes naturales bien mezclados, son la base más simple del plato de la cocina sencilla y popular que llamamos salmorejo cordobés. Ese complejo vitamínico, en su origen plato de pobres, va a proporcionar a Córdoba riqueza turística. La cofradía del mismo nombre ha logrado que el X Encuentro Nacional de Cofradías Enogastronómicas se celebre en nuestra capital. Ya se ha dado el pistoletazo de salida, con la presentación del proyecto que tendrá su cénit en noviembre. Yo que he asistido a casi todos los encuentros anuales previos, con mi capa color oro y sombrero andaluz, he de matizar que fue en Laredo, el año pasado, cuando Córdoba dijo, "aquí estoy yo". Presentó con un vídeo excelente su propuesta para que el encuentro de 2012 fuera a la vera de la Mezquita, de los patios, de Medina Azahara; de lo que hoy representa Córdoba para el turismo nacional y extranjero. Y, naturalmente, por aclamación se le otorgó lo que ya es realidad, pese a competir con otras ciudades también muy turísticas. Los presidentes de Fecoes, Carlos Martín Cosme, y de la Cofradía del Salmorejo, Pablo Pombo, mezclaron sutilmente el delicioso salmorejo cordobés con su impacto socioeconómico. Salvador Fuentes ha captado el leit motiv del Encuentro y tanto la Diputación como el Patronato de Turismo van a apoyarlo. Por mi experiencia como cofrade de Amigo del Olivo, la cabalgata de cofrades de toda España exhibiendo sus uniformes a su paso por la Calahorra y la Mezquita, será un espectáculo.

* Periodista