Ahora que hay nuevo director en la TV pública no estaría mal rescatar viejas series infantiles que tanto bien hicieron. Por ejemplo, aquella de Barrio Sésamo , donde enseñaban la diferencia entre arriba y abajo. Con una ligera puesta al día, ahora podría ilustrarnos en la diferencia entre rescate soberano y línea de crédito a bancos en apuros. Hace dos sábados me ponían delante de los ojos, con aviesa intención, titulares internacionales para hacerme creer lo del rescate-país, y yo, que hablo idiomas (hasta latín con acento de la Baetica ) sólo veía allí rescates limitados a bancos. Tras leer el comunicado del eurogrupo la cosa estaba aún más clara. Pero hete aquí que ayer, en Los Cabos, aquel paradisíaco lugar mexicano donde viviera mi paisano y amigo Enrique León, legionario en la batalla de Diên-Biên-Phú, ya todo está del revés. Estos economistas y políticos europeos hoy te dicen arriba y mañana abajo, y su firma vale menos que la de la Junta en el convenio del chare de Peñarroya. Mucho Barrio Sésamo , ya digo, sobre todo a aquéllos que en 2008 creían que éramos la repera cuando no llegábamos ni a la rehostia, que hostias es lo que nos vienen dando hace meses. El diablo de los números ha aparecido y se ha ido a tomar posesión del Vaticano --lo cual es una redundancia-- mientras Dios opta por refugiarse en las parroquias, que es donde debe estar y en donde se encuentra bien. Mientras, esta tierra de María Santísima sigue con su pulso al Maligno transmutado en Zeus queriéndose beneficiar de nuevo a Europa. A ver quién le dobla la muñeca a quién.

*Profesor