Desde que se instauró el plan Bolonia, la nueva forma en que se evalúa a los universitarios es cuanto menos frustrante, los alumnos pierden lo que les hace diferentes unos a otros: su individualidad. Les explicaré: ahora el 95% de los trabajos son grupales, lo que significa perder la singularidad de la persona a la hora de la evaluación. Alumnos brillantes pierden puntos a costa de alumnos perezosos proyecto tras proyecto. Esta nueva forma de evaluación nos iguala a todos porque las soluciones posibles a tomar llevan a eso.

El alumno más brillante del grupo de trabajo realiza la gran parte de éste o bien pierde puntos por la aportación de los demás.

La mejor solución a esto es que los subgrupos se creen por el nivel de los alumnos uniéndolos según su expediente, pero en una época en la que se está tratando de crear una educación inclusiva (aunque las medidas del PP vayan en dirección contraria) no sería la mejor solución.

Por suerte para algunos estudiantes, todavía hay un oasis en este desierto, profesores que mantienen ideas que ya parecen tan antiguas como el Renacimiento, profesores que priman el trabajo individual de cada alumno y no los evalúan como si fueran fruta que se vende por kilos. Gracias a estos profesores consigo vislumbrar un pequeño resquicio para la esperanza, aunque es tan pequeño, que apenas los rayos de luz pueden atravesarlo. Espero que, por el bien de nuestro futuro, vuelva a cambiar la forma de evaluación en las universidades españolas, ya que de no hacerlo, caeríamos en un error profundo porque estaríamos poniéndoselo más difícil a los alumnos que más se merecen el título y estaríamos acercando a él a otros que de no ir agarrados de la mano de los mejores, seguramente no llegarían al final del camino.

No cambiemos la singularidad en las universidades por el gregarismo que ya existe en la sociedad, fomentemos el trabajo en equipo pero no a costa de la individualidad inherente de las personas.

Con los recortes en educación de rabiosa actualidad, no me queda más remedio que decir por lo expuesto anteriormente, que hay mejores maneras de arreglar los problemas, como realizar una profunda reforma de la educación y no a base de tijeretazos que favorezcan a los hijos de familias más pudientes.

* Estudiante de primero de Magisterio de primaria en la UCO