Escuché por primera vez la palabra encomiable en boca de un simpático e inolvidable barbero de mi pueblo, allá por los años cincuenta, cuando las barberías eran lugar de encuentro y local de aprendizaje, cháchara y cotilleo. Desconozco el motivo por el que este vocablo llamó mi atención, la de un niño de apenas diez años, pero siempre he recordado esa primera vez y, sobre todo, no olvido la enorme curiosidad que sentí por conocer su significado. Y no me resultó fácil conocerlo, porque pese a la aclaración que recibía de mis padres y maestro, quienes, diccionario en mano, afirmaban que encomiable es sinónimo de merecedor de alabanza, el "maestro barbero" lo utilizaba con significados muy diversos y, al escucharlo, me creaba confusión a la vez que disparaba mi curiosidad por la dichosa palabrita. Al cabo de pocos años, los estudios de bachillerato aclararon las dudas y descubrí que, aquel entrañable paisano, utilizaba sin ton ni son palabras mal aprendidas.

Hoy, más de medio siglo después, vuelvo a escuchar la palabra encomiable y de nuevo me asalta la duda sobre su correcta utilización. Porque no entiendo que se pueda calificar de encomiable la labor de un consejero de una entidad financiera con responsabilidad en la quiebra de ella. Porque no es lógico que se tache de encomiable la labor de quien apuesta por legalizar graves infracciones urbanísticas. Porque no es encomiable, sino todo lo contrario, el fracaso electoral y la pérdida del gobierno de las instituciones.

Hoy, añorante de mi niñez y de quienes con inmenso cariño la condujeron, de nuevo he consultado el diccionario y me confirma que sólo debe calificarse de encomiable, aquello que es merecedor de alabanza. En otro caso, se hace una inadecuada utilización de la palabra o quizás se pone al servicio del doble pensamiento de Orwell: pensar al mismo tiempo dos cosas contradictorias y, en su momento, usar la que mejor convenga. Mi paisano barbero la mal utilizaba por simple desconocimiento y otros, quizás, lo hagan porque estén instalados en el autoengaño.

* Ingeniero agrónomo