El partido de esta tarde en El Arcángel, decisivo para el Córdoba CF en su afán compartido con la capital y cada vez más la provincia de obtener un puesto en la promoción de ascenso a Primera División, ha de servir una vez más para confirmar un idilio histórico entre el primer equipo de fútbol cordobés y su importante masa social. Temporada tras temporada, y en esta tan exitosa más si cabe, pese a las dificultades económicas que azotan a Córdoba con especial virulencia, la afición blanquiverde ha sido una de las más importantes en cuanto a afluencia al estadio no solo de la categoría de plata, a la altura de clubs y ciudades de la tradición de Valladolid y Vigo, por citar dos de las más numerosas y aspirantes claras al ascenso, sino también comparable a algunas de Primera División, con datos oficiales contrastados semana tras semana. Hoy, en la penúltima jornada de Liga en Segunda División A, en casa, en plena disputa por un puesto que dé derecho a pelear por el ascenso a Primera División, el compromiso entre el club y la afición debe ser aún mayor. A la plantilla y al cuerpo técnico se les ha de exigir hoy, con un apoyo incondicional durante el desarrollo del encuentro, toda la entrega y compromiso que les ha llevado a ocupar el puesto de privilegio entre los grandes que hoy disfrutamos todo el cordobesismo. En días como hoy, las cuestiones particulares no hacen sino entorpecer un proyecto común ilusionante y vital para una ciudad y un club demasiado castigados por el destino.