pSANIDAD

nGracias a todos en

San Juan de Dios N

***Conchi Lozano y familia

***Córdoba

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En estos tiempos complejos y frenéticos que nos toca vivir, en los que el individualismo feroz y la destrucción de los valores dibujan un amargo panorama, resulta reconfortante comprobar que aún existen personas capaces de imprimir a su labor profesional un sello de humanidad que las distingue y ennoblece. Sirvan estas líneas como testimonio de mi eterna gratitud y la de toda mi familia al excelente trato que mi esposo, Francisco Merino Ramírez, recibió durante sus últimos días entre nosotros por parte del cuadro médico del Hospital San Juan de Dios, encabezado por el doctor Manuel Nicolás. También las doctoras Rosa Rodríguez Berrocal, del Centro de Salud de la Fuensanta, y Charo Rodríguez Reinares, de la Unidad de Cuidados Paliativos, nos ayudaron a mí y a nuestros hijos, con su buen hacer y sensibilidad, a afrontar del mejor modo posible el inevitable momento del adiós de Paco, que se marchó con la misma discreción, sencillez y dignidad que caracterizaron su vida.

pTELEVISION

n'Beforethe rain' N

***Ignacio Caballero Botica

***Córdoba

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El pasado domingo fuimos muchos los que nos quedamos esperando el comienzo de la final de Roma entre Nadal y Djokovic. Mientras el ego de María Escario se excedía en su sección de deportes del telediario, se daba por sobrepasada con creces la hora anunciada de comienzo del partido. Las fotos de los lectores en la previsión meteorológica con más paja de la televisión, hacían pensar que no había partido. Los responsables de la emisión no fueron capaces de informar de nada ni en la uno ni en su versión en alta definición, que está a punto de batir el récord mundial de emisiones en pruebas. Hasta que no pasó más de una hora los espectadores seguíamos sin saber por qué no comenzaba el partido, en un ejercicio de falta de comunicación de principiantes por parte de la televisión pública.

pJUSTICIA

nEl caso de

Soledad Donoso N

***Rafael Ayala Marín

***Córdoba

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El pasado jueves 18 de mayo a las 9 de la noche nos concentramos un numeroso grupo de vecinos de nuestro barrio de San Pedro, para pedir la reapertura del caso de la joven desaparecida cadáver en el río Guadalquivir en octubre del 1992.

Además de solidarizarme con la familia, dándoles mi total apoyo, me adhiero a los organizadores de dicho acto, pidiendo que se reabra el proceso, se investigue detenidamente y se castigue con firmeza a quien privó de libertad a la muchacha cordobesa inocente. En estos ejemplos se puede observar el nivel de la justicia en nuestro país, el cual, no es ni mucho menos, de los mejores existentes. Desde hace bastantes años se protege más al ladrón y al asesino, dejándolo impune, para castigar o condenar al inocente. En ello, influye y predomina el interés económico. Debiera haber penas mucho más justas y eficaces.

¡Por favor! Que de verdad se investigue a fondo lo ocurrido y que jamás tengamos que lamentar desapariciones ni crímenes de este tipo.