No hace falta hurgar mucho en nuestras actividades cotidianas para descubrir que hay vicios que cometemos o vemos cometer sin rasgarnos las vestiduras. Es más, a veces hasta se aplauden. Vestigios de la picaresca cuya línea de conducta está marcada por el engaño, el ardid, la astucia o la trampa más o menos ingeniosa: ¿qué padre ha reprendido a su hijo que sacó sobresaliente por haber copiado el examen? En otras ocasiones por un sentido del humor negro: la carcajada cruel que provoca ver el trompicón del vecino, o la vache qui rit , la barraca de feria que dio lugar a la memorable escena de Marilyn, la rejilla en el suelo que insufla aire y levanta la falda a una señora despistada y cuanto más cortada se siente más se desternilla la gente.

En un College de Oxford a un novato le hicieron los veteranos un juicio disfrazados como si de un tribunal de la inquisición se tratara y lo condenaron a muerte. Salió el verdugo con su capucha y enorme hacha al hombro, hincaron de rodillas al novicio, tapáronle los ojos y la frente apoyada sobre un taburete, un redoble de tambores del picú disimulaba la terrible juerga que regocijaba a todos con sus togas negras. La broma terminaba asestándole, con una toalla fría y húmeda retorcida, un suave golpe en la nunca. La cabeza del "reo" no rodó por el suelo pero un reflejo vagal con parada cardiorrespiratoria lo llevó al cementerio.

Severísimo fui cuando me enteré de que al novato que no se prestaba a las extorsiones de los veteranos lo maniataban y le metían debajo de un coche y si no cedía a las pretensiones de sus maltratadores arrancaban el motor. A veces el alcohol o la insensatez conducen a cometer esas atrocidades, pero no es difícil detectar a los que camuflados entre esa inconsciencia expresan instintos que destilan una violencia y crueldad peligrosas. El hombre sano --según Jung-- no tortura a otros.

Tras la proyección de una película sobre el mobbing en los hospitales, el magistrado invitado al coloquio no podía dar crédito a lo que vio: la brillante y joven doctora acosada por el Jefe de Servicio, que tuvo que abandonar el hospital y nadie se atrevió a defenderla. Cínicos, todos se encogieron de hombros diciendo: "Algo habrá hecho".

Anacronismos defensivos, mitología greco-romana: Saturno devorando a sus hijos nacidos de Cibeles, su esposa, para que no le arrebataran su reino. El jefe de la tribu africana que no permite que los niños mayores sigan en la escuela de Meryl Streep para evitar su crecimiento mental. El profesor que sólo promociona a los alumnos mediocres y serviles para que jamás le hagan sombra. La represión del dictador a la intelectualidad.

El caso inverso, en el que la agresión fluye desde abajo hacia arriba, o sea, la que el juez Calatayud advierte que nace en la mala educación de los menores, antecesores del Titán Cronos que con una hoz castró a su padre y lo destronó. Lo que Freud considera de verdadero asesinato con su metáfora "matar al padre" (al maestro, al superior) para consolidar una personalidad endeble y caótica. La diferencia entre un investigador USA y un español --dice un colega-- es que aquí para sobresalir, en vez de producir, se trabaja para hundir al que lo pueda eclipsar.

El concejal de Badajoz Manuel Sosa se lamenta impunemente de que Froilán se diera un tiro en el pie con "la cantidad de sitios que hay en el cuerpo para pegarse un tiro". ¿Sería necesario consultar a Freud qué es lo que anida en el subconsciente de ese individuo? Cándido Méndez, longevo sindicalista casi tanto como Franco franquista, debería exigirle con una manifestación que pida perdón como se pretende que hagan los terroristas.

Las entrecruzadas ráfagas de odio entre divorciados es otra pandemia que con estupor va dejando en la cuneta los agujeros del alma de los exhijos de la expareja. Rugieron al unísono los 400 millones de almas del Colosseum cuando el árbitro le sacó la tarjeta roja. El energúmeno que le dio la patada a su rival, sin mediar jugada, fue expulsado. Y sus compañeros fair play y los espectadores inocentes sufrieron las consecuencias al quedarse con el equipo desestructurado. ¿Por qué a estos cafres no se les quita la licencia y son sustituidos por el suplente y así no defraudar y estafar a la gente? La falta "técnica" diseñada por el entrenador para frenar el juego, incapaz de vencerlo con deportividad, son corruptelas que al transigirlas nos hacemos cómplices de ellas.

Son las cruces de Mayo para dar culto a Dioniso, dios de la fiesta y el despiporre, y no dejar dormir a Rafael Mir (4/V/12), ni a enfermos, ancianos o niños.

Es la España turbia, la del mal de ojo, las velas negras; la de la envidia de Díaz-Plaja, el insulto al que discrepa y el voto anfibológico. La de Mercedes Milá provecta exhibiendo sexualidad devaluada de carretera. La de la TV que cambia a un vocabulario soez en la hora adulta considerando a las personas mayores guarras que disfrutan con el decir escatológico más que con el verbo sublime de Antonio Gala. (Continuará).

* Catedrático emérito Medicina UCO