Que el padre de la Medicina, Hipócrates, falleciera a la edad de 83 años (460 a.C -377 a.C) no es una casualidad fruto del destino que unió longevidad y conocimientos de medicina en una sola persona, sino de un estilo de vida que se puede resumir en una frase que el propio Hipócrates acuñó: "Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina".

Esta acertada máxima lanzada por el médico más famoso del mundo, incluso por encima del mismísimo House, contiene la esencia de la problemática actual en lo que a alimentación se refiere en general, y a los hábitos alimenticios en jóvenes y adolescentes en particular. El motivo de tratar la problemática nutricional en la población infantil y juvenil tiene una gran importancia, ya que se trata de unas etapas de la vida donde la alimentación juega un papel principal, y las campañas de educación nutricional aún pueden ser eficaces en la adquisición de hábitos saludables y en la prevención de posibles trastornos alimenticios en etapas posteriores. Pero no entra en juego solo la educación en hábitos saludables que se imparte en la escuela, o que se muestra mediante las campañas de sensibilización en este asunto, ya que el papel fundamental se encuentra en manos de los padres y madres, que son los principales agentes educadores en todos los ámbitos de la vida de sus hijos e hijas.

Los datos son verdaderamente alarmantes debido al elevado grado de incidencia que están alcanzando los problemas de obesidad entre la población adolescente e infantil. En menos de dos décadas, tal y como reflejan las cifras manejadas por el Ministerio de Sanidad, España ha triplicado sus números en lo que a población infantil y juvenil se refiere (entre 2 y 24 años), llegándose ya a una tasa de obesidad del 13,9%, y a otra del 12,4% si hablamos de sobrepeso. Asimismo, las mayores cifras se detectan en el grupo de edad de 6 a 12 años, con una prevalencia del 16,1%. La obesidad puede acarrear problemas tanto físicos como psicológicos, aunque lo más preocupante es que se está fraguando una obesidad adulta con similares problemas pero más graves, teniendo como consecuencia una posible disminución de la esperanza de vida en las futuras generaciones, lo cual da nombre al fenómeno conocido como "tracking". Los hábitos saludables, una dieta equilibrada y la actividad física, no asegura al cien por cien llegar a los 83 años como Hipócrates, pero sí conseguirá un mejor estado tanto físico como psicológico, y lo que es mucho más importante, se verá reforzada la salud; evitando multitud de enfermedades derivadas del sobrepeso y la obesidad; ganando en calidad de vida, tanto en la propia como en la de generaciones venideras si, como herencia reciben una educación basada en unos hábitos alimenticios saludables.

* Licenciado en Psicopedagogía