Bastantes establecimientos de los llamados chinos cerraron ayer sus puertas en Córdoba. Hubo uno que se hizo notar bastante en el polígono de La Torrecilla porque al estar cerrado en las aceras colindantes no había el habitual enjambre de coches con sus correspondientes 'gorrillas' rumanos. Es de admirar la capacidad de adaptación de los ciudadanos chinos al territorio español. En este caso nos han sorprendido con el candado a sus negocios, ellos que casi nunca los cierran.