Prepárense que vienen insultos. La Junta de Andalucía, la irreductible aldea gala del PSOE, será blanco de críticas de todas las demás administraciones, tanto locales como provinciales, de las demás comunidades autónomas y, sobre todo, del Gobierno central.

Lo malo es que si en esa misma situación estuviera la Xunta de Galicia, la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha o el Ayuntamiento de Orejillas del Verdejo, es un poner, no ocurriría nada.

Pero aquí no. Con Andalucía, el juego político (tanto el legítimo como el más bajuno) siempre me lo mezclan con el estereotipo de Chiquito de la Cazada. Es el tópico de siempre de la pandereta aunque remozado y modernizado con un "Andalucía no cambia" e intelectuales tántricos.

Porque con la excusa de meterse con el gobierno autonómico, en realidad lo que hay es ganas de meterse con el pueblo andaluz, al que seguro que llamarán (lo han hecho y ahora con más fuerza) "vago", "chorizo" e "inculto", que serán los insultos más suaves a escuchar, no para la Junta, sino para los andaluces, ese pueblo que podrá acertar o equivocarse, pero que es soberano para elegir a los que les dé la gana. Faltaría más.

Nos van a decir de todo. Por eso, ánimo a los andaluces que votaron al PSOE, ánimo a los que votaron a IU (bueno, éstos ya van más que animados) y, sobre todo, ánimo a los andaluces que votaron al PP, que encima de ganar y no gobernar deberán de ejercer, más que ninguno, de andaluces.

Coraje, porque no nos bastará con "levantaos, pedid tierra y libertad, sea por Andalucía libre" y "España". Tendremos que pedirnos a nosotros mismos en los próximos años, además "paciencia, razón y dignidad", aunque solo sea por una España sensata. Prepárense que vienen tiempos de insultos.