Un par de cosas han quedado claras tras dos días de declaraciones de Iñaki Urdangarín ante el juez cordobés José Castro por su imputación en el caso Palma Arena. Primero, la línea de defensa del duque consiste en derivar cualquier responsabilidad en el manejo y el destino presuntamente fraudulentos de 10 millones de euros cobrados por el Instituto Nóos, que presidía. Frente a un Castro determinado a no quedarse sin respuestas a su extensa batería de preguntas, Urdangarín traspasó a su socio y segundo en el organigrama de la empresa, Diego Torres, y a todos aquellos que estaban por debajo de él las actividades, en definitiva, bajo sospecha. Si el sábado, el primer día de su declaración, el duque atribuyó a su socio Diego Torres todas las decisiones económicas al frente de Nóos, ayer domingo, Iñaki Urdangarín cargó todas las responsabilidades sobre las facturas al contable del instituto, Marco Tejeiro. "Es cosa del contable", repitió el duque a las preguntas del juez sobre las facturas generadas por el instituto Nóos.

Iñaki Urdangarín se reservó un papel institucional alejado de facturas y administración de fondos que, según señalan fuentes presentes en las muchas horas de comparecencia, no defendió con mucha credibilidad. Hasta tal punto de que el juez provocó algunos silencios de desorientación del imputado, por ejemplo cuando puso sobre la mesa la pieza imprevista sobre la segunda red internacional para evadir capital. José Castro incluso advirtió al declarante de que las pruebas que tenía en su poder podían ser diversas.

LA INCOGNITA TORRES

Sin duda, las declaraciones que pueda hacer ahora Torres, que esperaba escuchar primero la comparecencia judicial de Urdangarín, pueden acrecentar las dificultades del yerno del Rey en el caso. El juez no descartó el sábado que sometiera a los dos exsocios a un careo. El duque de Palma sí explicó el procedimiento seguido por Francisco Camps, en Valencia, y Jaume Matas, en Baleares, para la concesión de contratos, que no se ciñeron a los concursos públicos de las administraciones. De las arcas hacia el entramado que investiga Castro salieron más de la mitad de los 10 millones de euros en juego.

Por si el juez del caso Palma Arena, cuyo sumario no cesan de alimentar entidades destinadas a seguir la pista del dinero o las bancarias, el exdeportista dejó también claro este fin de semana su propósito de establecer un cordón sanitario en torno a su esposa, la infanta Cristina, y al Rey. En el dosier instruido por Castro figuran pruebas de las actividades de Urdangarín más allá del 2006, fecha en la que confirmó que el Rey le ordenó apartarse. A pesar de que el caso no es nuevo, en realidad no ha hecho más que empezar.