Las hojas del calendario caen inexorablemente sobre nuestras vidas. Como si hijas caducas de un árbol se tratara, son páginas del tiempo que marcan gran parte de los hábitos y costumbres de nuestra sociedad. Así, si hace pocas semanas la Cabalgata endulzaba el fin de la Navidad, no hace ni tres días que las chirigotas entonaban sus últimas y mordaces coplas. Y hoy, Miércoles de Ceniza, un día muy especial para muchos de los cordobeses que asoman su mirada diaria a la ventana informativa de este periódico.

El rito cristiano concibe este día como una necesaria puesta a punto del alma ante la festividad que se avecina cuarenta días mediante, la Semana Santa. Y como tal se celebra.

Pero, ante todo, el día de hoy supone, para muchos, la constatación de que algo grande está por llegar. Prólogo de días de estación de penitencia, epílogo de meses de trabajo e ilusión, en estos cuarenta días la obra del cofrade es como la de aquel pintor al que sólo unas pinceladas bastan para culminar su obra maestra. Todo, o casi todo, está hecho ya, y únicamente queda abrir el alma para que pueda ser purificada y/o embargada por las mejores sensaciones que esta tierra puede ofrecer tanto a sus paisanos como a sus visitantes.

Porque, desde hoy hasta el Domingo de Resurrección, muchos desvelos encontrarán su razón de ser. Uno de los grandes movimientos asociativos de la ciudad, y, con toda rotundidad, el más importante de muchas ciudades medias y pequeñas de nuestra provincia, se caracteriza por la solidaridad y la entrega con la que todos sus miembros trabajan y se ofrecen a sus respectivas hermandades y de las que se ven beneficiados, de manera bastante notable, una auténtica y maravillosa industria de la artesanía que vive gracias a esos desvelos que muchos cofrades sufren disfrutando para el bien de su hermandad. Supone esto, pues, un activo social y humano de una categoría tan elevada que sólo se puede comparar con los ingentes beneficios económicos que la Semana Santa, y sus actividades paralelas, dejan en la ciudad, como demuestran los estudios realizados años atrás y que reflejaban cifras de 42 millones de euros y más de 1.600 puestos de trabajo.

Pero no es lo más importante. Ni de lejos. La masiva manifestación popular en torno a nuestras tradiciones más añejas es la repercusión inmediata que el día de hoy provoca en los miles de cofrades de nuestra tierra. Desde ya los tambores comienzan a redoblar con fuerza entre las cuadrillas judías de Baena. El santero lucentino espera impaciente el momento en que con sus hermanos cumpla el ritual de santear la devoción que siempre fue. Los egabrenses, en pocos días, se postrarán ante las plantas de Jesús de las Necesidades, cumpliendo con la cita anual con el Cristo de las Tres Gracias. El manantero pontanés volverá a saborear cada una de las subidas al Calvario con las que cada Sábado de Romanos se honra al Terrible Nazareno de la localidad. Y así, en todos los pueblos de la geografía cordobesa se seguirán cumplimentando los ritos que nos enseñaron nuestros mayores y que muchos enseñaremos a nuestros hijos, patrimonio inmaterial que se vuelve arte cada Domingo de Ramos.

Hablamos de una fiesta, la Semana Santa, construida en un principio desde la fe en Cristo y desarrollada, ampliada y mejorada con el paso de la historia, donde el arte y el folclore conviven a partes iguales con el alma y los sentidos. Cimentada desde la solidaridad de sus trabajadores y la ilusión y el empeño de todos los que formamos parte de la misma. Y que, además, contribuye a enraizar a los jóvenes de nuestros pueblos en el ámbito en el que se criaron y a que valoren el inmenso patrimonio humano y artístico que entre todos hemos contribuido a crear y que, aunque muchos piensen que se vive de manera radicalmente exagerada, sólo puede ser entendida desde el verso que escribiera el genial Jorge Luis Borges: "He dicho asombro donde otros dicen costumbre". Interiorizar esta última cita es imprescindible para comprender la pasión exaltada que, a partir de hoy, verán en muchos de los cofrades de su ciudad.

*Profesor de Historia del Arte