Dice el Diccionario de la RAE que milonga es "Composición musical folclórica argentina de ritmo apagado y tono nostálgico, que se ejecuta con la guitarra", o también "Engaño, cuento". Supongo que es a ésta acepción a la que se refería Javier Arenas cuando hace unos días afirmó con desparpajo habitual en él que estaba "harto de la milonga del desarrollo sostenible". No caeré en la tentación de intentar contestar con argumentos el fondo de la cuestión: considerar el desarrollo sostenible como un engaño es tan insolvente, tan poco serio y tan ridículo como sostener el creacionismo como explicación científica del universo conocido, como hace el Tea Party americano. Quiero más bien reflexionar en voz alta sobre la milonga, o sea, el engaño. Porque es una milonga reiterada hasta la extenuación que la salida de la crisis y la creación de empleo pasaba por la llegada del PP al Gobierno: con austeridad, bajada de impuestos y reformas estructurales , el paro bajaría en picado y el mal sueño de Zapatero sería olvidado de inmediato.

Eso decía el PP, eso decía Arenas. Pero vayamos por partes. Primera milonga: subir impuestos es letal para la economía y el empleo, decía Arenas hace pocos meses; aún más, bajaremos los impuestos para favorecer la salida de la crisis, decían. Conclusión, la milonga fiscal : subo impuestos, especialmente a las clases medias trabajadoras que viven de su sueldo, y así aseguramos la recesión de la economía española. Claro, todo el mundo tranquilo porque se trata de una medida coyuntural, provisional, mientras sea precisa. Lo que no es coyuntural es el recorte en la renta familiar de millones de españoles de clase media y de pensionistas que ven cómo se les birla el cacareado incremento del 1%. Pero paciencia. ¿La bajada de impuestos? Para más tarde.

Segunda milonga: la reforma laboral es la madre de todas las reformas, no esas reformillas que hacen los socialistas, que no sirven para nada, una reforma acordada con empresarios y sindicatos, pero que el Gobierno del PP llevará a cabo con acuerdo o sin acuerdo, porque ella es la que nos va a permitir crear empleo en cantidad y calidad. La milonga laboral : vistas las dificultades para sacar adelante la reforma por acuerdo, y vistas las cifras y previsiones del aumento del paro para 2012 y gran parte de 2013, ahora ya la reforma laboral no servirá para crear empleo, y la verdad es que no logran decir que vaya a servir para otra cosa que para abaratar el despido y beneficiar a los empresarios. Así que ahora el PP prefiere hacer política virtual una vez más, hablando ya de que la creación de empleo requiere más tiempo, y vendrá más tarde, mucho más tarde. ¿Pero el cambio no era para crear empleo; no tenía un plan Rajoy?. Pues nada de nada.

Tercera y última milonga por ahora: la gran milonga de la reforma judicial anunciada por el supercentrista Ruiz Gallardón: vamos a establecer la cadena perpetua revisable, el copago en la justicia para los recursos, el endurecimiento de la ley del aborto y la elección del los miembros del órgano de gobierno de los jueces por los propios jueces. Esta es la gran milonga, la milonga judicial encargada al mago de la prestidigitación -es premiado con un Ministerio por tener el Ayuntamiento más endeudado de España- para que, como los buenos magos, distraiga al público con maniobras varias mientras los auténticos trucos pasan desapercibidos.

Porque vamos a ver: lo de la cadena perpetua revisable acallará la alarma social de algunos, pero es casi una contradicción en los términos, es perpetua ma non troppo . Lo del copago es sencillamente encarecer el coste de la justicia para quienes tienen menos medios en los recursos relativos a litigios que afectan a casi el 80% del total, es decir, en lo mercantil, lo civil, lo administrativo y lo laboral. Y por último eso de que uno de los poderes del Estado que según la Constitución emanan del pueblo español no surja de forma efectiva del Parlamento que es la máxima representación de la soberanía del pueblo español, es sencillamente decimonónico y corporativo. Pero la clave de la milonga judicial no es tanto su contenido, sino su finalidad: montar una magna maniobra de distracción para llevar la atención a temas que no son los que de verdad preocupan y angustian a los españoles: el paro, la crisis y la economía. Como aumenta el paro y seguirá aumentando, como el déficit no se controla, como hemos subido y no bajado los impuestos, vamos a cantarles una triste y melancólica milonga a los españoles. ¡Y dice Arenas que está harto de no sé qué milonga!.

* Diputado socialista por Córdoba