Se acabó la primera vuelta del campeonato nacional de liga en Segunda División A. Tras 21 jornadas, la competición deja un sabor de boca inimaginable al comienzo del torneo, cuando el Córdoba CF, de estreno en su dirección deportiva, institucional y bajo la tutela judicial, con uno de los presupuestos más bajos de su historia reciente y de la categoría, aspiraba a mantenerse y cuadrar unos números dramáticos. Cinco meses después, la opinión del fútbol español es unánime al señalar al equipo de Carlos González y Paco Jémez como la revelación hasta el momento. Por juego y por resultados. Nadie cuestiona el salto cualitativo en cuanto a vistosidad que ha experimentado el equipo desde la llegada del técnico cordobés. En su segunda etapa, ha sabido afinar ese fútbol ofensivo --y, paradójicamente, con uno de los mejores balances defensivos--, que ya se atisbó en su anterior etapa como entrenador blanquiverde. Pero es más, esta ola de alabanzas al juego se refrenda con su situación en la tabla clasificatoria. Y es que el Córdoba CF acaba la primera vuelta en la séptima posición, a tan solo dos puntos de los puestos que darán derecho a jugar la fase de ascenso a Primera y a cinco del ascenso directo. No hay duda de que la nueva etapa ha renovado las ilusiones del cordobesismo.