Al conocer la noticia sobre la muerte de Manuel Fraga Iribarne se me abre el disco de memoria, no solo de los últimos 30 años, sino también de los anteriores. Me unía a Fraga no solo la militancia en el mismo partido y haber compartido el trabajo de campo en Andalucía y en especial en Córdoba, sino también una relación familiar; mi tío Juan Jordano Barea, q.e.p.d., estuvo casado con María Luisa, hermana de Manuel Fraga, lo que facilitó el conocimiento y las relaciones familiares.

Mi primer contacto político con Manuel Fraga se produzco en Córdoba, el día de la presentación de las candidaturas para las elecciones generales de 1982. En la sede de la entonces Alianza Popular en la calle Eduardo Dato, repasaba Fraga la lista de candidatos y al ver mi nombre, levantó la cabeza y con la voz alta, habitual en él, dijo "está aquí Diego Jordano, que conste que me acabo de enterar, no hable nadie de nepotismo".

Su vinculación a Córdoba nace del hecho de que es de los pocos políticos, quizás el único, que ha visitado la totalidad de los municipios de esta provincia, en campañas electorales y fuera de ellas, y además tenía tiempo para hablar con los militantes y los ciudadanos que se acercaban. En los años en que se estableció Alianza Popular en la mayoría de las poblaciones, la forma de hacer política no tenía nada que ver con la actual; los partidos no contaban con estructuras, prácticamente no había empleados y mucho menos vehículos, se utilizaban los propios y el combustible era tan privado como los vehículos. Alianza Popular no contaba en los años ochenta con ningún representante en las instituciones andaluzas, ni con representación de nuestras provincias en el Congreso o en el Senado. La primera representación se obtuvo en el año 1982 en el Parlamento de Andalucía y en ese mismo año se dio el gran salto pasando, en el caso de Córdoba, a obtener dos diputados y un senador.

Mi voluntad de ingresar en Alianza Popular y vincularme políticamente a Fraga vino determinada de un lado por el impacto del golpe de Estado de 1981 y de otro porque Fraga había representado durante el franquismo la opción más moderada y más aperturista, era realmente el centro. Es importante destacar que el aparato político del Movimiento nacional no se integró en Alianza Popular, el partido se crea en torno a Fraga y no al conglomerado que junto a él se presentó en las elecciones generales de 1977 y 1979.

Quien tenga algo de memoria podrá recordar que UCD hizo todo lo posible, desde el poder, para orillar a Fraga hacia la derecha, utilizando para ello básicamente Televisión Española y el aparato de medios de comunicación del Movimiento que todavía seguía vivo. A partir de 1982, desaparecida UCD, Alianza Popular y Fraga representan la opción de centro derecha y también hay que recordar que en 1982 Blas Piñar obtuvo un escaño en representación de la extrema derecha.

Es Fraga quien conduce a Alianza Popular hacia el centro, aunque para la mayoría de la población, especialmente en los núcleos rurales de Andalucía y Extremadura, se le identificara con la derecha y no será hasta años después, con Aznar, cuando llega el convencimiento; había llegado el final del viaje.

Se reprochó a Fraga su beligerancia respecto al desarrollo de las autonomías y es curioso que en la última fase de su carrera política no solo se convirtió por mayoría absoluta en Presidente de Galicia, sino en el mayor defensor del sistema autonómico.

En estos tiempos no es ocioso recordar la honestidad y la honradez de Fraga, porque ha demostrado que es posible estar más de sesenta años en política y no enriquecerse, ni colocar a hijos y parientes a costa del dinero público. A este respecto quiero recordar una anécdota. Cuando su casa de Perbes fue casi destruida por un atentado, recibí las llamadas de varios pueblos y de militantes que manifestaron que aportarían lo que fuera necesario para la reconstrucción, cuando se lo ofrecí me contestó que diera las gracias pero que recibiría lo que tuviera que darle el seguro y nada más.

Viví su renuncia a la Presidencia de AP en el año 1986; en la puerta de la sede de la calle Génova había muchas personas que nos pedían a los asistentes a la junta directiva que nos negáramos a admitir su renuncia. En la campaña de las elecciones europeas en la que encabezó la lista de Alianza Popular, se dio el caso curioso, al menos en los pueblos de Córdoba, que su candidatura obtuvo más votos que las de Alianza Popular en las elecciones municipales; parece que los ciudadanos de a pie comenzaron a reconocerle el mérito del viaje al centro que había iniciado.

Estuve presente en su vuelta en 1988 y en el cambio de nombre del partido y también en el Congreso de Sevilla del que quedó su frase "en este partido ni tutelas ni tu tía, en este partido sólo hay un líder que eres tú", frase dirigida a José María Aznar.

Son ciertas todas las historias sobre el conocimiento enciclopédico de Fraga y sobre su ritmo de trabajo. Era el primero en llegar a todos los sitios, exigía un respeto escrupuloso a la puntualidad, porque insistía que en cada pueblo había personas esperando y no se podía retrasar, y desde luego para trabajar con él había que trabajar a su ritmo.

Me gustaría, finalmente, resaltar la humanidad de Manuel Fraga, sobre la que podríamos recoger multitud de anécdotas, pero en este terreno lo importante es recordar que el partido político que él creó, con voluntad de ir al centro, culminó su viaje en vida del fundador. Descanse en paz un servidor del Estado.

* Expresidente provincial de AP; exsecretario general del PP-A y expresidente provincial del PP; exdiputado