Nos encontramos ya a mediados de enero y es hora de dar los últimos retoques a la planificación de nuestra vida, rampa de lanzamiento para conquistar nuestras metas soñadas. Al fin, en buena parte, el "estar bien" depende de nosotros y somos nosotros los que tenemos la palabra, a la hora de caminar. Espigando de aquí y de allá podríamos ofrecer los últimos retoques para vivir en plenitud el nuevo año, todavía flamante en nuestra agenda. Primero, potencia tus capacidades de comunicación. Segundo, practica la solidaridad, no sólo la económica, tambien la afectiva. Tercero, relativiza tus problemas, porque siempre hay alguien que lo está pasando peor que tú. Cuarto, piensa que de las crisis, del tipo que sean, se sale más fuerte si se las sabe enfocar con inteligencia. Quinto, sé coherente. Para Gandhi, la felicidad se consigue cuando lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace están en armonía. Sexto, consume con moderación. Haz realidad lo que Sócrates decía a su paso por el mercadillo: "Me admiro cada día de la cantidad de cosas que no necesito". Séptimo, mira la vida, y especialmente la tuya, con sentido del humor. "Donde no hay humor, reflexionaba Ionesco, no hay humanidad". Octavo, no conviertas el éxito en tu objetivo. El fracaso también te hace crecer como persona. En palabras de Enrique Rojas: "La derrota enseña lo que el éxito oculta". Noveno, aprende a olvidar: las traiciones de los demás, tus propios fallos, los errores del pasado... Décimo, haz realidad la máxima "Carpe diem". Vive el presente con intensidad y disfruta con las pequeñas alegrías de cada día. Preciosos retoques para planificar nuestra vida. Cada punto nos abre las puertas del optimismo. En algún lugar leí este dato: "En EEUU nadie quiere darle empleo a un pesimista". Autodefinirse como pesimista está mal visto, porque implica no creer en el éxito personal. ¡Adelante!

*Periodista