Hoy finaliza en Madrid Lo que de verdad importa , un congreso, ya en su quinta edición, para aprender de los que se han enfrentado cara a cara con las pruebas más duras. Desde que comenzó su singladura, con un éxito aplastante, se ido convirtiendo en un símbolo para la juventud. ¿Cómo surge en sus comienzos? "Todo empezó cuando leí el diario que escribió durante su enfermedad terminal un millonario americano", explica María Franco, presidenta de la fundación Lo Que Verdad Importa. "Dejó impresas sus reflexiones sobre las cosas que realmente importan en la vida, todas esas que vamos dejando pasar por no valorarlas lo suficiente, como tantas veces ocurre en nuestra juventud. Lo escribió para sus hijos, pero me impactó tanto que era un mensaje para la gente joven. No hace falta que ocurra una tragedia para valorar lo que realmente merece la pena. Y hay que crecer sabiéndolo". Esfuerzo, constancia, superación, energía, lucha, querer, poder. Son tantos los mensajes que reciben los jóvenes --y los no tan jóvenes--, los que participan en estos encuentros, que son muchos los que han cambiado sus vidas.

Este año se han presentado también tres grandes protagonistas: Jorge Font, 42 años, a quien un accidente le dejó en una silla de ruedas; Mar García, quien sufre una enfermedad degenerativa; y Bernard Offen, superviviente del Holocausto. Los tres han expuesto sus testimonios, sus experiencias y vivencias, y su forma de encarar la situación que han protagonizado. Jorge Font ha dicho: "Cuando la vida te pregunta, y pregunta fuerte, jamás puedes contestar en primera persona del singular; la respuesta está en nosotros, el plural". Mar ha confesado: "Creo en Dios y nunca me he rebelado contra mi destino. Sí ante otras cosas. Como el miedo de la gente a acercarse". Y Bernard declara que "hay que ser conscientes de lo que ocurre en el mundo, de lo que aprendemos y en lo que creemos. Los jóvenes, como parte de la humanidad, tienen que saber que todos deberíamos estar más hermanados. Hay que saber valorar nuestras diferencias y tratarnos como hermanos". El congreso ha puesto de relieve, un año más, el más hermoso desfile de los auténticos valores, donde aprendemos a luchar, a encarar la vida intentando superar todas las dificultades que se nos van presentando, a no colocar barreras e, incluso, en muchas ocasiones, a eliminar la palabra imposible. Todos los protagonistas que van desfilando por los congresos vivieron momentos dramáticos, increíbles, pero no tiraron nunca la toalla, sino todo lo contrario: tomaron conciencia de la situación que vivían y buscaron con el máximo esfuerzo todas las salidas posibles. Al fin, lo que de verdad importa es vivir y vivir en plenitud, consiguiendo las mejores metas, las que nos hacen sentirnos felices.

* Periodista