No me sorprende que Cosmopoética dedique uno de sus ciclos a las matemáticas, una ciencia que, como me explicó hace tiempo un profesor, es un lenguaje como cualquier otro, solo que con signos diferentes, universales (pueden ser leídos por cualquier matemático del mundo) y precisos.

Este mismo espíritu lo apliqué hace tiempo a la política local y me encontré con que hay algunos fenómenos que pueden expresarse matemáticamente. Y no me refiero a las encuestas, a los cálculos de cuántos concejales sacará uno u otro con la ley D´Hondt ni a los algorismos para cuadrar las cuentas municipales cuando no hay un número entero y el sentido común tiende a cero. Me refiero a otras cuestiones más de andar por casa.

Por ejemplo, hace años descubrí una ley matemática: "Todo incremento en el nerviosismo de un partido porque prevé malos resultados es directamente proporcional a su paranoia con la prensa", que podría enunciarse como P=dN x 1/E, donde "P" es el grado de obsesión y de creerse que los periodistas tenemos tiempo para conspirar en contra, "dN" es el incremento del nerviosismo y de meteduras de pata con la prensa y "E" el grado de decepción por las encuestas. No le llamo Ley Niza del Nerviosismo Municipal porque solo el nombre ya resulta pretencioso, pero les aseguro que se cumple y que uno puede darse perfecta cuenta de qué resultados electorales tendrá un partido por las veces que le reprochan que su periódico no esté sacando fotos bonitas de sus ruedas de prensa, llegando la paranoia a que incluso ni se lean el texto ni importe la relevancia que se da a la noticia, solo cuenta que la foto favorezca al candidato. En fin: que con esta ley matemática ya tengo clarísimo cómo van a quedar las próximas municipales.