ENSEÑANZA

La educación, asignatura pendiente

Francisco Baena Calvo

Córdoba

Comprendo lo difícil que es la educación y hago mío el comentario de Enmanuel Kant: "Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él". La pregunta de muchos padres y educadores hoy es: ¿Cómo educar a los hijos? Ante la incertidumbre de tantos educadores y padres, he reconocido el gran acierto de la Dirección General de la Policía de Seattle (Washington) cuando publicó un decálogo sugerente: "Para fabricar en casa un delincuente cumpla estos diez puntos. Primero, dadle desde la infancia cuanto desee; así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo. Segundo, reíd si dice tonterías; así creerá que es muy gracioso. Tercero, no le deis ninguna formación espiritual. Ya la escogerá él cuando sea mayor. Cuarto, nunca le digáis: ´Esto está mal´. Podría adquirir complejos de culpabilidad. Quinto, recoged todo lo que él tire por el suelo; así creerá que los demás están a su servicio. Sexto, dejadle leer todo. Limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier torpeza. Séptimo, discutid siempre delante de él; así irá acostumbrándose y cuando la familia esté ya destrozada no se dará cuenta. Octavo, dadle todo el dinero que quiera; no sea que sospeche que para disponer de él se debe trabajar. Noveno, que todos sus deseos estén satisfechos: comer, beber, divertirse...; de otro modo resultará un frustrado. Décimo, dadle siempre la razón, son los profesores, la gente, la ley... quienes la tienen tomada con el pobre muchacho.Y cuando vuestro hijo sea ya un desastre, proclamad que nunca pudisteis hacer nada de él". ¡Sí, personalmente pienso que la educación de los niños es una tarea difícil y requiere un lento aprendizaje, compendiendo que "a los niños antes de enseñarles a leer, hay que enseñarles a aprender lo que es el amor y la verdad" (Gandhi).

pSOCIEDAD

nAl hombre de mi vida N

***Carmen Pulido Calzado

***Córdoba

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Al hombre de mi vida, al que me escucha, me atiende, respeta mis decisiones, al que no me abandona, me apoya en todo, me aconseja, me da fuerzas para seguir, me alaba y me critica, me aconseja, me admira, me aprecia, me quiere, me respeta, me mira con dulzura, al que no me deja un momento sola, con el que me siento fuerte, con el que soy capaz de hacer grandes cosas, al que siempre está conmigo, al que no me defraudará, al que es sincero conmigo y nunca me engañará, al que me da la mano y me toca el corazón, al hombre que mi madre más quiso. Cuando me preguntan ¿quién ha sido el hombre de tu vida? sin lugar a dudas: él, que ha sido, es y será el hombre de mi vida, mi padre.

pTRABAJO

nLos 151 de

Cajasur N

***Rafael Bueno

***Córdoba

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Con motivo de los 151 despidos en Cajasur se han desatado las opiniones en la ciudad dormida. Claro que a la vista de algunas opiniones, algunos están mucho mejor dormidos que despiertos. Un rebaño de ignorantes, perfectamente dirigidos por sus directores espirituales, pretenden culpar de todos los males a los nuevos propietarios de la caja, con la maliciosa intención de alejar la culpa de ellos, los auténticos culpables. Pues no, no es así, sino todo lo contrario. Los vascos han arriesgado e invirtido su dinero en Cajasur y en Córdoba, para evitar la liquidación de la entidad y la pérdida de los aproximados 3.500 puestos de trabajo en total. O sea, que los cordobeses de bien para los vascos solo deberíamos tener palabras de agradecimiento y colaboración. A ver si se nos pega algo de ellos. Pero claro, hay mucho cordobés de mal, con su lema por bandera de "cuanto peor, mejor" empeñado en hacer todo lo posible e imposible para impedir cualquier atisbo de progreso y desarrollo para la ciudad. Los reproches y el ajuste de cuentas hay que pedírselos a los únicos y verdaderos causantes de la quiebra de Cajasur. Sí, a esos que cómodamente están viendo la corrida en barrera, en sus retiros dorados, gozando de impunidad total. Y esos no son otros, que la "Santa" Iglesia financiera cordobesa y los políticos cordobeses "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Esos fueron los que se cargaron Cajasur y Córdoba. A ver si conseguimos quitarnos la venda y despertamos a la realidad del mundo. A ver si dejamos de ser lacayos aspirantes a imitadores de caciques, para convertirnos en ciudadanos de pleno derecho, como en el resto del mundo.