Si todo sale como está previsto, en el plazo de nueve años, es decir, en el 2020, el corredor ferroviario del Mediterráneo será una realidad. Las mercancías podrán circular por tren de alta velocidad desde Algeciras hasta Portbou de forma directa. Aunque el Gobierno central no rechaza otras alternativas de comunicación ferroviaria con Europa el apoyo al eje del Mediterráneo, donde ya ha invertido más de 8.000 millones, parece claro. Fomento ha iniciado la licitación del AVE que unirá Valencia, Castellón y Tarragona. Una vez hayan finalizado las obras, el trazado entre Algeciras y Portbou contará con dos vías: una doble de pasajeros, con ancho para AVE y para alta velocidad; y otra para mercancías con ancho mixto. La entrada en funcionamiento de la nueva infraestructura supondrá un cambio radical para la industria de Andalucía, Murcia, Valencia y Cataluña, donde se concentra el 40% de la población y casi la mitad del PIB español. El mismo día en que sea operativo todo el trazado, la cuota de transporte ferroviario de mercancías de España, que es solo del 4%, se duplicará. Aun así permanecerá lejos de la media comunitaria, que ahora mismo es del 18%. El cambio supondrá una gran reducción de las emisiones de dióxido de carbono y de los atascos en las carreteras, aminorará la dependencia española del petróleo y amortiguará el impacto de las oscilaciones de la cotización del crudo en la inflación. Pero, sobre todo, su conexión con la red de puertos y de plataformas logísticas impulsará fuertemente las exportaciones.