Es indudable que lo que parecía que ya estaba superado en el S.XXI vuelve a aparecer: los fantasmas del pasado como la fobia de unas religiones contra otras, viendo como enemigos a aquéllos que practican una religión distinta. La reciente proyección de la película De dioses y de hombres , en la que una comunidad francesa de religiosos cristianos católicos son asesinados (1995) por fundamentalistas musulmanes, parecía eso, una película, un accidente hecho por fanáticos exaltados. Mas la repetición del hecho nos está diciendo que la realidad supera ya a lo accidental para convertirse en normal. En Nigeria, en la primera quincena de marzo de 2010, entre 200 y 500 cristianos habrían sido masacrados a golpes de machete por extremistas musulmanes. En Oriente Medio, las crecientes persecuciones empujan a los cristianos a huir de las tierras donde nació el cristianismo. Durante el año actual la quema de iglesias en Irak durante la celebración de la Navidad conllevó la muerte de más de 30 personas, y en el presente tenemos la condena a muerte de Bibi por "blasfemar" contra Alá, y el asesinato del ministro cristiano pakistaní encargado de las minorías religiosas como la cristiana por denunciar la persecución a la que se estaban viendo sometidos los creyentes por grupos musulmanes; en nuestros días tenemos los asesinatos y enfrentamientos en Egipto contra cristianos coptos.

Poco lejos de las fronteras de Europa se proclaman contra los cristianos condenas inexorables. Todo esto sucede ante el silencio de la comunidad internacional, que se olvida de que "la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión" está sancionada por la Declaración Universal de los derechos del Hombre.

Ahora también nos encontramos con que en España está comenzándose a dar saqueos de iglesias del propio campus universitario de Somosaguas en Madrid, dándose el caso de tener que cerrar algunas de las iglesias, aparte de las pintadas. Otra vez tenemos que pensar que son hechos aislados y accidentales, pero la impresión que da es que esto se esperaba por cuanto que nos hemos saciado de declaraciones negativas contra la Iglesia Católica, que tan solo hace declarar sus perpectivas morales y doctrinales sin obligar ni amenazar a persona alguna por no cumplirlas. Y es curioso que a nadie se le ocurre profanar la Mezquita de la M40, ni provocar a los budistas, ni hinduistas, y en nuestra sociedad laica rápido se actúa si alguna persona es discriminada por motivos religiosos.

René Guitton, incansable viajero entre Oriente y Occidente, que lucha por el diálogo entre las culturas y las civilizaciones, contra el racismo y el antisemitismo ha escrito Cristianofobia. La nueva persecución , publicado en Italia. Y entre muchas cosas dice: "Nuestro silencio recuerda otros silencios de siniestra memoria, y dentro de dos o tres décadas provocará quizás nuevos llamamientos avergonzados al arrepentimiento y declaraciones de lamento por no haber querido hacer aflorar una verdad que debía ser reconocida por todos".

*Diplomado en CC Religiosas