El mercado de derechos de transferencia en el fútbol tiene dos objetivos principales: uno, facilitar y organizar el intercambio de jugadores entre clubes y, otro, mejorar los resultados del equipo y las finanzas del club. Este mercado de derechos de transferencia facilita la movilidad de los jugadores entre clubes y con ello la satisfacción y ganancias personales de los jugadores.

Este mercado está sujeto a controles muy restrictivos. El sistema de derechos de retención y de transferencia para gestionar los contratos de los jugadores era una forma muy singular de restringir la movilidad de un jugador y ligaba al jugador al club, que lo adoptaba, hasta el final de su carrera profesional. A partir de 1978 se le permitía al jugador negociar o comprar su libertad, cuando terminara su contrato, pero el club podía retenerlo si hacía igual oferta que otro club o recibir una compensación del club contratante. Hoy, el acuerdo se negocia entre clubes y el derecho de transferencia o "transfer" toma varias formas que van desde una compensación básica, que puede aumentar según que circunstancias. Estos derechos de transferencia son fuente de financiación de los clubes pequeños o de distribución de rentas entre clubes.

El análisis económico de este mercado puede enfocarse desde diferentes perspectivas. Una de ellas es la de que tanto los clubes como los jugadores detentan cierto poder monopolizador y, por tanto, los derechos se fijan en un regateo; otra perspectiva es la de que el valor del derecho se fija en un mercado libre y competitivo y que en este supuesto el precio es igual al producto marginal del jugador, que depende de su habilidad innata y de su "puesta en forma". Cuando el mercado no es de concurrencia perfecta la determinación del valor del derecho es el resultado de una negociación en un juego de pocos escarceos y lleno de incertidumbre.

En este juego de escarceos hay riesgo porque se desconoce el rendimiento del jugador en el nuevo club (véase Kaká en el Real Madrid) y hay incertidumbre respecto de la información asimétrica entre club y jugador (recuérdese la facilidad de lesión de Ronaldo). Este escenario es el de un monopolio bilateral entre clubes o entre club y jugador. El club que vende exige un mayor precio que el que ofrece el que compra. Los dos clubes tienen un precio de reserva o último. El límite superior para el club comprador refleja el valor esperado de los servicios del jugador y el precio suelo del vendedor está determinado por el valor intrínseco del jugador. El precio final viene determinado por el poder negociador de cada club, lo que depende de las capacidades del jugador, de la valoración marginal de su talento por parte de los clubes y del poder de monopsonio del que compra, si no hay otro comprador. En caso de un solo comprador el precio será más bajo de lo esperado, aunque el precio ofrecido sea alto.

Después de investigar, el economista nos dice que el precio final es la media ponderada entre la máxima posible oferta del club comprador y el precio de reserva del club vendedor. El precio depende de los goles que marque el jugador, partidos jugados nacionales e internacionales y su edad. La probabilidad de ser transferido no es aleatoria sino que depende de su capital humano y experiencia.

* Catedrático emérito de la

Universidad de Córdoba