Ignoro si los cordobeses de a pie se habrán fijado alguna vez en que el acerado existente en la Avda. del Conde de Vallellano, en concreto el recayente a la zona asfaltada en toda su extensión, está compuesto por unas baldosas de tipo hexagonal, de color blanco, que en su conjunto conforman unas figuras bastante llamativas y, por qué no decirlo, hasta raras.

Pues bien, desde estas líneas traslado para conocimiento de todos que el autor de las mismas fue el famoso arquitecto Antonio Gaudí; sí, el diseñador de la Sagrada Familia y tantas y tantos edificios de tipo modernista construidos en Barcelona y otros lugares. El origen de dicha baldosa se debe a que el año 1906 Gaudí desarrolló el proyecto de la Casa Milà, que fue su segunda gran obra civil en el Paseo de Gracia, el señorial paseo de Barcelona. Las piezas hexagonales del pavimento hidráulico fueron inicialmente proyectadas para ser colocadas en los dormitorios de la casa Batlló, pero finalmente se instalaron en La Pedrera. La baldosa hexagonal de pavimento hidráulico en relieve dibuja cuando se unen siete piezas un triple dibujo con representación de una caracola (cefalópodo de la clase Ammonites), un alga (género Sargassum) y un pulpo (Equinodermus Ophiroideus). Hoy en día, estas baldosas se siguen fabricando en cemento comprimido de color gris oscuro y el Ayuntamiento de Barcelona la utiliza para la pavimentación de las aceras del Paseo de Gracia.

Tras esta pequeña noción de historia, solo decir que basta comprobar que cuando se rompe una de esas baldosas nuestro Ayuntamiento se dedica a rellenar el hueco con cemento. Por eso creo que de cara a nuestra deseada y querida próxima capitalidad cultural 2016 se restituya el acerado original que tenemos en esta ciudad.

Antonio Muñoz Centella, abogado

Córdoba