¿Realmente el año acaba en la Nochevieja? Los ritmos hacen más propicios comenzar los cambios de ciclo en septiembre que en enero. Y junto al finiquito de las vacaciones oficiales, la tremenda cuesta de los gastos escolares y el merecido reencuentro con la Liga, al final de la temporada se producirá la obligada cita con los comicios municipales. Y ello, quiérase o no, también condicionará los pulsos de esta ciudad.

Ahora que la sombra de Rosa no es tan alargada, la batalla que pende en estos pagos parece centrarse en ese concejal que daría la mayoría absoluta a los hombres de Nieto, lo cual desbarataría cualquier fórmula magistral de la izquierda para seguir gobernando en Capitulares. Encomendado el señor Ocaña a los hados, parece que IU ha dejado a las milicias socialistas la iniciativa para combatir lo inexorable. Y puesto que el "griñanini" Velasco ya ha manifestado su urticaria a las primarias, sólo toca conocer al ungido.

Comprendemos los recelos de Moratinos a enfundarse la armadura de caballero andante, pues todo candidato socialista a la alcaldía cordobesa ha salido chamuscado. Pero quizá no fuese tan descabellada su audacia. Desde hace mucho tiempo sobrevuela en la ciudad la sensación de que los conservadores juegan a caballo ganador. Pero José Antonio Nieto parece contagiado del "dolce fare niente" de su líder nacional. Y sus calculados silencios sólo se quiebran en contadas ocasiones. Precisamente la última no ha sido muy afortunada, pues presunciones de inocencia aparte, ese apoyo incondicional a Santiago Cabezas denota una actitud retrógrada, y adopta un comportamiento lampedusiano, el mismo que el sindicato mayoritario de la entidad financiera intervenida, cuyos dirigentes parecen convencidos de que todo sigue igual. Pero Cajasur ya no es Cajasur, aunque queramos mirar hacia otro lado.

* Abogado