La situación de los robos en el campo nos hace recordar, dicho con todos los respetos, a un insigne actor de todos recordado, Paco Martínez Soria. Interpretó películas que recogían con enorme gracejo ciertos tipos y situaciones que nos hacían pasar momentos de sana risa. Participó en películas como "Abuelo made in Spain", o en una que nos viene que ni pintada al caso que nos ocupa: "Don Erre que Erre". Y es que lo agradable de todo ello era que los problemas que allí se nos planteaban quedaban resueltos en poco más de una hora. Sin embargo, los robos impunes y reiterados que ahora venimos padeciendo siguen tratándose por nuestra Administración, aunque sin ese feliz final, al mismo modo que "don Erre que Erre".

Y es que desde hace años desde Asaja Córdoba venimos denunciando que se roba cada vez más, al igual que están haciendo últimamente todas las Asajas de España y otras organizaciones. La situación está llegando al límite a pesar de la intachable labor que realiza la Guardia Civil y la Policía Nacional con los escasos medios materiales y jurídicos de que disponen, y las gentes del campo están hartos de denunciar sin que sirva para algo, situación que ha hecho que muchos no denuncien.

Sin embargo, una vez más, el don Erre que Erre de turno no quiere reconocerlo aferrándose a unas estadísticas que todo el mundo sabe que no reflejan la realidad. Una de dos: o tiene un absoluto desconocimiento de la realidad; o trata de presentar equivocadamente a la opinión pública algo distinto de lo que perciben los agricultores y ganaderos, a pesar de que algunos estén amenazados al haber cumplido con su obligación de denunciar. En cualquiera de los casos es una posición no demasiado aceptable.

Por ello, queremos denunciar nuevamente que se roban aspersores, transformadores, aceitunas, ganado, herramientas, viviendas, etc. Como ya hemos indicado en repetidas ocasiones las causas se pueden resumir en tres:

1.- Falta de medios de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Cada vez hay menos efectivos en los pueblos, mientras que se aumenta su presencia en las ciudades. Se habla mucho de desarrollo rural pero se abandona uno de los pilares para el bienestar como es la seguridad de su población, a pesar de estar marcada ésta como una de las prioridades de la Ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural aprobada en 2007.

2.- La legislación hace que cuando se detiene a alguien "entre por una puerta y salga por otra", dando sensación de total impunidad a los amigos de los ajeno, a pesar de la leve modificación introducida recientemente en el código penal. Debe conocer todo el mundo que si el valor de lo robado es inferior a 400 (equivalen a unos 800 kg de aceituna o a unos 8 corderos de 23 kg) no puede detenerse a los autores a pesar de pillarlos in fraganti.

3.- La crisis económica que provoca que, algunas de esa personas, delincan para sobrevivir, acudiendo a las zonas rurales al tener éstas menor vigilancia.

Desde Asaja insistimos que debe denunciarse cualquier robo por pequeño que sea, de forma que las "estadísticas" reflejen la realidad de lo que está ocurriendo; que debe comunicarse a la Guardia Civil cualquier sospecha sobre algún lugar de compra-venta en el que pueda haber objetos o productos robados; y que se identifique bien toda la maquinaria y herramientas para las denuncias y su posible localización.

Pero la solución debe darla el Gobierno dotando de más efectivos a la Guardia Civil y a la Policía Nacional y recuperando, además, muchas de las casas cuartel que se han abandonado; modificando sin complejos el código penal endureciendo la penas; Mejorando la rapidez de la Justicia; y controlando los puntos de compra-venta de productos (incluidos los chatarreros), pues la inmensa mayoría son más que honrados y no les molesta el control (si alguien roba es porque alguien le compra).

Pero los hechos son tozudos y nos demuestran que hasta ahora existe una absoluta falta de sensibilidad para abordar en serio el tema como se desprende de las continuas declaraciones de "don Erre que Erre", que para empezar ni reconoce el problema. Por ello, y a pesar de que la seguridad es un derecho de todos los ciudadanos, Asaja está trabajando para implantar un sistema de seguridad privada y ha solicitado a la Administración que asuma, al menos, el coste de esa seguridad, algo que ya hace con determinados servicios públicos.

No obstante continuaremos pidiendo el amparo a San Isidro, patrón del campo, a la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, y a los Santos Angeles Custodios, patronos de la Policía Nacional. Ya hemos visto que si los Santos no lo hacen, los que lo tienen que hacer no lo harán.

Y ya saben, lo importante no son las soluciones, si no decir que no hacen falta porque no hay problemas... don Erre que Erre dixit.

* Secretario General de Asaja Córdoba