En tiempos de Franco era "la ola de pornografía que nos invade" la que andaba de moda. Con la irresistible ascensión del fútbol como espectáculo de masas ha sido la ola del público en las gradas de los estadios la más celebrada. Y están las olas del mar, esas que se observan desde la orilla, desde la tumbona o desde la barra del chiringuito y caña. Pero ahora es la peor de las olas la que se está poniendo de moda todos los veranos: la del calor sahariano. A mucha distancia del mar.