En nuestra sociedad postmoderna, de poco sirve moverse con la mentalidad propia de tiempos pasados. Hoy en día, una persona percibe los diversos acontecimientos del mundo de otra forma que las generaciones anteriores, y también reacciona afectivamente de otra manera. Esto exige descubrir un nuevo modo de hablar y de actuar que haga más hincapié en la autenticidad. Por ahí van los tiros. El mundo cambia vertiginosamente, la sociedad descubre nuevos senderos, y por lo tanto, es necesario descubrir nuevos lenguajes. Pero todo esto tiene sus claves. Nos las descubre admirablemente Jutta Burggraf, doctora en Psicopedagogía y en Teología: "El cambio cultural al que asistimos no puede llevar al hombre de hoy, y menos a los creyentes, a lamentarse o encerrarse en un gueto. Quien quiere influir en el presente, tiene que amar el mundo en que vive. No debe mirar el pasado con nostalgia o resignación, sino que ha de adoptar una actitud positiva ante el momento histórico concreto". A juicio de la teóloga, la sociedad de hoy nos exige una apertura radiante a los demás, dialogando con todos, estén o no de acuerdo con nuestra manera de pensar o nuestro estilo de vida. En ese diálogo, podemos enriquecernos con la parte de verdad que viene del otro, y aprender a integrarla armónicamente en nuestra visión del mundo. Escuchar no es tan sencillo: requiere ponerse en el lugar del otro e intentar ver el mundo con sus ojos. Y esto solo es posible en un clima de amistad y de afecto.

* Periodista