Me llamo ´Clarita´, estoy perdida y echo de menos a mi familia. Desaparecí el pasado 7 de agosto por la zona Carrera del caballo.

Soy una perrita Bichon Brise, blanca y pequeña. Si alguien logra reconocerme por la descripción referida, le pido encarecidamente me devuelva a mi hogar. El tiempo, como sabrán, es demasiado relativo para los de mi especie, más aún cuando no tenemos cerca el cariño incondicional de los nuestros, y aunque ha poco que les perdí el rastro, para mi este lapso ha supuesto una verdadera eternidad. Estoy desorientada y después de unos días tan aciagos no alcanzo a pensar en otra cosa que no sea en ellos: si me echarán en falta o se habrán olvidado de mí.

Cuando cierro los ojos y les veo (aún conservo su imagen en mi retina), les oigo pronunciar mi nombre, su caricia, y una súbita sensación de realidad me devuelve la alegría; brinco, muevo el rabillo con un compás desaforado y les devuelvo la carantoña con un resuelto lamido. La emoción no me deja respirar, ¡Al fin los he encontrado! exclamo entre los ladridos de júbilo precedentes al despertar. Tras éste, la amargura impaciente, el desvelo entumecido por la desdicha, la aparente catarsis de un sueño hecho trizas, la sinrazón del desconocimiento, la nada. Al menos, ahora sé que no me han olvidado, colijo con pesadumbre.

Mientras, la hebilla del tiempo sigue circulando, elucubrando, esperando cerrar este espantoso capítulo que me carcome y reduce el perímetro de mi existencia a una esperanza: el reencuentro con ellos, con mi familia. ¿Alguien puede ayudarme?

Alvaro Romero Alonso

Córdoba