El deporte ha conseguido que el mundo mire hacia España con admiración. Pese a ser fustigados una y otra vez en los foros económicos mundiales, la imagen de este país se ha convertido en una marca potencialmente fuerte. Veranos atrás, muchos de los extranjeros que pasaban las vacaciones en España regresaban a sus lugares de origen con las elásticas del Madrid y Barça. Este año lo hacen con la roja y una bandera rojigualda en el pecho, como cuando nunca se ponía el sol.