Es cierto que las medidas adoptadas por el Gobierno son duras, es cierto que hacen falta todavía medidas más contundentes para que los que ganan más, y llegan a tener ingresos escandalosos, contribuyan más a salir de la crisis, es cierto que se necesita reformar los sistemas financiero y laboral, es cierto que se necesitan medidas urgentes para luchar contra el paro, pero lo que se ha dicho contra las medidas del Gobierno para reducir el déficit público ha sido, no pocas veces, un mezcla de pura demagogia y falta de solidaridad con los que menos tienen. Veamos las soflamas populistas que hemos escuchado.

"Estas medidas las ha tomado el gobierno forzado por la Unión Europea". Naturalmente. Hemos de empezar a pensar en "europeo". Estamos en una Unión Europea que para profundizar en la unión económica de los 25 países que la componen puede exigir a cada miembro lo que es más conveniente para todos. Ya exigió ciertos ajustes económicos para ingresar en la UE, aprueba leyes que prevalecen sobre las leyes nacionales de cada país, y en el futuro examinará, antes de ser aprobados por los Parlamentos nacionales, los Presupuestos de los países miembros. Además, no olvidemos que hace solo unos días que España aprobó los durísimos ajustes económicos que la UE exigió a Grecia; es, pues, normal que ahora España acepte los ajustes que se le imponen a ella.

"El Presidente Zapatero ha improvisado estas medidas". Totalmente de acuerdo, pero sería bueno recordar el dicho de que sapientibus est mutare consilium (es propio del sabio cambiar de opinión). Las condiciones económicas en la UE cambiaron drásticamente en los últimos días, lo que obligó a cambiar, o mejor, adelantar los planes de ajuste que tenía previstos el gobierno.

"El Gobierno ha ido contra todo lo que hasta ahora había defendido acerca de la defensa de los derechos sociales". También de acuerdo, pero un país no puede gobernarse únicamente en base a principios ideológicos. Recuérdese el fracaso actual de la economía cubana (¡). Un gobernante, siendo fiel a sus principios, ha de tener suficiente humildad y una buena carga de pragmatismo para, en momentos de crisis, tomar medidas indispensables para el bien de todos los ciudadanos, los que piensan como él y los que no piensan como él, aunque tenga que aparcar momentáneamente algunas de sus ideas más queridas. Zapatero ha tenido la honestidad y valentía de tomar duras medidas económicas indispensables para España, sabiendo que serían muy impopulares y fuertemente criticadas, le restarían votos y hasta, quizás, le podrían costar el mismo gobierno.

"Nuestros ancianos han sido abandonados". Bueno, no hay para tanto. Las pensiones más bajas y las no retributivas seguirán como antes, y las otras no serán reducidas, solo congeladas, lo que quiere decir que no se les aumentará el IPC. El IPC ahora está en un 1.5%, y si se mantiene así, una pensión de 1.000 euros dejará de verse aumentada en 15 euros, y una pensión de 2.000 euros perderá un aumento de 30. Las pensiones menores pueden perder 7 u 8 euros. Es difícil creer que con estos no-aumentos, un pensionista se sienta abandonado.

"Los trabajadores han sido traicionados". Vamos a ver, "trabajadores" son también los asalariados de la industria y los servicios, y a ellos estas medidas no les afectan, y será en el diálogo social, que no se ha interrumpido, donde ellos y los empresarios tendrán que decidir qué medidas de austeridad asumir para ayudar a salir de la crisis. Lo que se propone en el plan del gobierno es, simplemente, reducir en un 5% como media, y un 15% como máximo, el sueldo de los funcionarios que ganen más de 1.000 euros. ¿Qué significa esto? Que un funcionario que gane 1.500 euros puede ver reducido su sueldo en un 3%, es decir, 45 euros, y uno que gane 2.000 euros, reducidos en un 5%, perderá mensualmente 100 euros, y el privilegiado que gana 5.000 euros, con un 10% menos, verá disminuidos sus "pobres" ingresos mensuales en 500 euros. Está claro que estas "terribles" pérdidas de poder adquisitivo de de los funcionarios difícilmente les cambiará su nivel de vida, y en contraprestación por este sacrifico, seguirán disfrutando de algo que muy pocos trabajadores tienen: un puesto de trabajo fijo y seguro. Al mismo tiempo, unos y otros, funcionarios y trabajadores asalariados, no pueden olvidar a sus cuatro millones de compañeros que no tienen ni puesto de trabajo fijo, ni convenio colectivo que les cubra porque, sencillamente, están en el paro. Y para resolver esta, sin duda, vergüenza nacional, el gobierno, los funcionarios, los partidos políticos, los sindicatos, los empresarios, los bancos, los rentistas y toda la sociedad hemos de estar dispuestos a apretarnos el cinturón.

"Las madres han quedado desamparadas". Tampoco es cierto. Las madres siguen con todas las prestaciones de la Seguridad Social que han tenido hasta ahora. Sólo se suprime el discutible cheque de 2.500º euros por hijo recién nacido, que era, ciertamente, una pequeña ayuda para muchas madres con niveles de ingresos bajos, pero que era un escándalo el que lo recibiesen, por igual, las madres de todos los niveles económicos, por altos que fuesen.

Finalmente, llama la atención que casi no se hayan oído críticas a la reducción de 600 millones de euros del capítulo de ayuda a los países en vías de desarrollo, que necesitan este dinero, muchas veces no para mantener un nivel de vida aceptable como el nuestro sino, simplemente, para no morirse de hambre.

* Profesor