Siempre es una buena noticia que una editorial se anime a publicar un nuevo libro de Norman Lewis, uno de los mejores escritores de viajes de todos los tiempos. Si Altaïr decide recuperar, bajo el título de El Expreso de Rangún, Genocidio y otros relatos , las vividas y documentadas crónicas que Lewis escribió para publicaciones como The New Yorker, The Observer y The Sunday Times, mejor que mejor. De la obsesión de Lewis por el viaje dan idea estas líneas del prólogo: "El viaje llegó antes que la escritura. Hubo un tiempo en que sentí que todo cuanto deseaba en la vida era poder ser un espectador perpetuo de escenarios cambiantes. Gestioné mis magros ingresos de tal modo que me permitieran rendirme a esta adicción en la medida en que fuera posible". Lewis empezó a viajar por España en los años 30, cuando todavía había bandoleros en Andalucía. En los 50 pasó varias temporadas en Tossa de Mar, un pueblo que disfrazó con el nombre de Farol en su libro Voces del viejo mar , hasta que la llegada del turismo le acabó expulsando. En el relato titulado Ibiza escribe Lewis: "Pasé cinco veranos seguidos en España, emigrando cada año más al sur, antes de la invasión turística de los países del norte, que en 1954 había provocado la construcción de 32 hoteles en mi pueblo predilecto de la Costa Brava". Lewis nos describe aquella idílica Ibiza. Por desgracia, la avalancha del turismo acabó con aquel mundo, pero siempre nos quedarán los libros de Norman Lewis para recordar cómo era aquel paraíso que no supimos conservar.

* Periodista