En reiteradas ocasiones he comentado la gran maravilla que engloba toda mi Córdoba por todos los rincones donde caminas, sintiéndonos cada jornada que pasa plenamente orgullosos de los deleites de esta bendita tierra.

Pues bien, por si fuera poco y tras un periodo de largas conversaciones entre el Ayuntamiento y el Cabildo Catedralicio, se ha logrado por fin, otro portento más: el espectáculo nocturno en la Mezquita-Catedral. Si ya de por sí resulta un placer visitar durante el día esta gran joya mundial, por la noche y, con iluminación: ¿Qué será? ¿Nos tendrán reservados una sorpresa? En fin: una completa alucinación. Confieso mi deseo e impaciencia por observarlo.

Felicito y doy las gracias a los firmantes de tal acuerdo, además de definir estos hechos como pasitos que marchan hacia el objetivo añorado en el 2016, la Capitalidad Cultural: un camino largo y con baches, superándolos con esfuerzo y trabajo. Córdoba merece dicho galardón, pues no hay otra capital que la iguale. Eso sí, debemos trabajar duro y a diario para alcanzar tal ansiado mérito y que sea siempre la más grande.

Finalizo con un último apunte: todavía existen lugares públicos sin adaptar, donde los discapacitados físicos no podemos entrar, como es el caso del Alcázar de los Reyes Cristianos. Por favor, que las autoridades competentes tomen nota y eliminen las barreras arquitectónicas en la medida de lo posible. Si se quiere aspirar al premio antes mencionado, hay que construir una ciudad accesible para todas las personas.

Rafael Ayala Marín

Córdoba