El montalbeño Manuel Bascón Pérez es un cantaor de casta. Cuando se arranca por fandangos, soleares, tientos o bulerías o por cualquier otro palo del arte flamenco, lo hace con el corazón, dando todo lo que tiene. Lo ha demostrado en multitud de ocasiones actuando en escenarios de conciertos y festivales, bodegas, lagares y tabernas. Cualquier espacio es idóneo para que Manolo Bascón dé rienda suelta a su inspiración transmitiendo con sus cantes una visión apasionada del flamenco. Rescatadas de cantes antiguos, las letras de Bascón proceden de la tradición popular que el cantaor ha adaptado a su particular estilo. Y así, acompañado por Luis Gutiérrez el Calderito o por Paco el de Santaella, Bascón rompe moldes al interpretar seguiriyas y soleares rematadas con bulerías y fandangos al particular estilo del Palanca. El cantaor montalbeño une a su capacidad artística sus cualidades personales que le convierten en un hombre cercano y sencillo, de pueblo. Su historia no puede ser más escueta. Se inició como trabajador agrícola y hoy es empresario ajero en Montalbán. Si hay mucho más, lo reserva para sí. Y para los miembros de la asociación cultural y vinícola La Avenencia donde cuenta con amigos y admiradores.

Ayer, en uno de los rincones del cante más activos de la provincia de Córdoba, la Peña Flamenca Manolo Caracol de Montalbán, se le rindió un homenaje merecido, con la presentación de su CD recientemente grabado en los estudios de Sonisur-Fonoruz de Montilla, "Un antes y un después", presentado por el flamencólogo de Fernán Núñez Juan Velasco y elogiado por el empresario-poeta Gabriel Jiménez Pérez, el ínclito Míster Karen. Manolo Bascón y el público concentrado en el amplio local de la peña vivieron una jornada memorable presidida por el cante, el vino y la amistad.

* Maestro