El barómetro de opinión del IESA ha soltado un petardazo. Por primera vez en sus sondeos, el PP se pone por delante del PSOE en la estimación de voto, con una diferencia de 1,6 puntos, de cara a las próximas elecciones autonómicas. A tenor de la encuesta, los socialistas empiezan a dejar de ser mayoritariamente vistos como partido de gobierno, situación a la que contribuyen la crisis económica y el desgaste que acarrean tres décadas de poder hegemónico en Andalucía, que también favorece la posibilidad de la alternancia, siempre sana en democracia. El PSOE andaluz se ve así obligado a reaccionar, y de sus dirigentes dependerá el grado de autocrítica, tanto orgánica como institucional, al que están dispuestos a llegar; antes o después la tendrán que hacer, si la retrasan, podrían acometerla cuando sea tarde para ellos: ya en la oposición. Mientras, el PP se halla en una situación calcada del escenario político nacional: gana en las encuestas pero Javier Arenas y Mariano Rajoy logran peor valoración que José Antonio Griñán y Rodríguez Zapatero. Menuda papeleta. Por su parte, IU se mantiene en la encuesta, lo que ya de por sí debe suponer una buena noticia para una formación política cuyas expectativas no se han cumplido en bastantes citas electorales debido a la polarización del voto. Contra ello tendrán que emplearse con nuevas estrategias, pues hasta ahora no han logrado romper esa inercia del electorado. De todas formas, y como dicen los políticos, la última palabra la tienen las urnas (y éstas le han dicho bastantes veces "no" a Arenas).

* jjmoralcordoba.elperiodico.com