Hoy queda sellada una de las más viejas reivindicaciones de la historia reciente de la Córdoba de finales del siglo XX: la culminación de la autovía a Málaga --llamada A-45--, que pone fin a 15 años de reclamaciones, proyectos, obras y confrontación política. Desde el primer estudio informativo de la autovía hasta la culminación del subtramo Benamejí-Encinas Reales, que hoy se abre al tráfico inaugurado por el secretario de Estado de Transportes, han tenido que pasar por el Gobierno de la Nación cinco ejecutivos de diferente color, tres de ellos socialistas y otros dos populares, para que se haga realidad una infraestructura vital para las comunicaciones de Córdoba con Málaga y para el desarrollo socioeconómico del sur y del centro de nuestra provincia. Los cuatro kilómetros que hoy se abren a la circulación hacen posible viajar desde nuestra ciudad a Málaga totalmente en autovía, lo que supone emplear menos de hora y media en llegar a la capital de la Costa del Sol recorriendo un trayecto de 100,5 kilómetros.

La historia de la A-45 es la de una infraestructura que tanto las instituciones como los partidos políticos y los agentes sociales y económicos consideraban fundamental y que, sin embargo, ha tardado más tiempo de lo razonable en hacerse realidad, unas veces por falta de impulso político, plasmado en partidas cicateras en los Presupuestos Generales del Estado a lo largo de los años, y otras debido a problemas técnicos. El gobierno socialista fijó su terminación para el 2007, y posteriormente se dieron nuevas fechas de apertura que tampoco se pudieron cumplir. La fecha de hoy se aleja mucho de los horizontes que siempre se han barajado para culminar esta infraestructura cuya ejecución se dividió en diez tramos y cuyo recorrido ha sufrido demasiados altibajos. De la ralentización de este proyecto sirve de ejemplo la línea de alta velocidad ferroviaria Córdoba-Málaga, que inició su andadura a la par que la autovía y que, sin embargo, se ha puesto en marcha dos años antes, a pesar de haberse tropezado con diversos problemas técnicos durante su ejecución.

IMPULSOS Y TARDANZAS

De la lenta consecución de esta vieja aspiración ciudadana debemos extraer la conclusión de que no bastan los impulsos iniciales para que un proyecto vital para Córdoba eche a andar, sino que es necesario insuflarle sucesivos espaldarazos para que su ejecución no se eternice en el tiempo.

Estamos en un día donde un proyecto tan básico para la conexión por vía rápida con Málaga es suficiente razón para que todos los cordobeses y andaluces podamos felicitarnos, menos los responsables públicos, por la tardanza de un proyecto que nació como aspiración y pasó a convertirse en un derecho indefinidamente aplazado. Concluido está, y a disfrutarlo toca.