¿Cómo expresarlo? Sin justicia --sin justicia independiente-- no hay Estado de derecho. Ella es la línea de flotación del sistema democrático. Demasiado lastre en la sentina pone aquel en peligro, y la goleta que lo simboliza es probable que naufrague cuando tenga que navegar en un mar tormentoso y encrespado. En cubierta puede que o estén enfrentados el ejecutivo y el legislativo o puede que anden conchabados con acuerdos espurios mientras la nave va, aunque en esta última situación la navegación se haría mareante y peligrosa.

Un Estado requiere la previa existencia de una nación, ligada a un territorio, aunque no siempre, como en algunos casos, e incluso puede existir una nación sin Estado. Pero sin justicia nunca hay Estado, pues social y políticamente solo existe la nada. El imperio de la ley es por tanto absolutamente necesario e imprescindible. Consecuentemente no existe mayor corrupción que las lacras que sesgan o corrompen a la justicia.

Por consiguiente el Estado debe defenderse ante sus enemigos, que lo son de la nación con la que se corresponde, alzarse ante los que socavan su existencia, sean terroristas urbanos, mercenarios, filibusteros, corsarios, bucaneros, piratas o criminales organizados, utilizando, con su adecuado ejercicio, la violencia armada; armas cuyo uso le está constitucionalmente otorgado a las fuerzas de seguridad, pues es la defensa del Estado la empresa que se les confiere en la Carta Magna. Un gobierno, que es la institución que las dirige, es res nullius cuando desdora esa fundamental misión.

* Licenciado en Derecho