Ahora comienza a hablarse, cada vez más, de una nueva cultura, la "de la diapositiva", que viene a añadirse a la larga lista de "culturas" que nos invaden por los cuatro costados. Vivir en la "cultura de la diapositiva" consiste en asistir a todo lo que hacemos y a todo lo que nos rodea como si fuera un pase de diapositivas sin hacer nada con ello. Y eso nos lleva a que malvivamos las cosas que nos ocurren. En el empeño de vivir al máximo cada cosa que hacemos, debemos comprender que todos y cada uno de nosotros no somos meros espectadores, sino directores, guionistas y principales protagonistas de aquello que nos ocurre. La actitud pasiva reinante muchas veces de la sociedad de nuestro tiempo, como si en verdad estuviera anestesiada, fue recogida en unas palabras del director de cine, José Luis Garci, con estas palabras: "Ahora, no vivimos, nos viven". Es cierto. Se empeñan en que pensemos, sintamos y realicemos lo que nos sugieren o nos publicitan, lo que nos mandan o nos imponen. Partiendo del principio de que sabemos bien lo que hemos de hacer, empezar a saborear cada cosa que hacemos como una de las primeras piezas del crecimiento personal. No es fácil conseguirlo. Alberto Pena, en su obra Gestiona mejor tu vida , propone estas tres claves: primera, haz menos cosas pero disfrútalas más. No vive más quien más cosas hace sino quien mejor vive cada cosa que hace. Segunda, fíjate y saborea las cosas pequeñas que te rodean. Disfruta de los pequeños detalles que tienes junto a ti. Tercera, antes de comenzar una actividad o una tarea, di internamente ahora voy a dar un paseo y lo voy a disfrutar, o voy a jugar con mis hijos y lo voy a disfrutar. Todo, menos dejar que las cosas crucen ante nosotros como si fueran diapositivas. En nuestras manos está saborearlas e incorporarlas a nuestro crecimiento personal. Sería un logro importante.

* Periodista