En reciente editorial de este diario, se indicaba "la herencia recibida" como la principal causa de "violencia sexista en la población menor de 30 años".

Siendo obvia la influencia del pasado, parece evidente que las causas más poderosas de la violencia actual no son de ayer, sino de hoy:

La violencia joven es creciente y alarmante, pero no sorprendente. Nuestros niños y adolescentes respiran un permanente clima de violencia, ofrecido desde los medios, que les muestran y hablan mucho de sexo, poco de sexualidad; acentúan los atractivos seductores de la mujer frente al hombre seducido y atacante; ignoran casi por completo lo más noble y humanizador de la relación entre sexos.

Es la versión de una doble tendencia, denunciada por Entre lobos y autómatas , Premio Espasa 2006: o reducirnos a lo técnico o intentar volver al nivel de la pura zoología, con una única ley, la impuesta por el de mayor fuerza física, y con un único control, el del palo.

Acaso la causa más determinante de la violencia juvenil sea la pérdida del respeto; respeto, como valor en sí mismo, contrapuesto al miedo a la sanción o a la coacción social. Respeto a la dignidad de cada ser humano. Si ese respeto falla, cualquier cosa es posible con tal de que no me pillen; y, a veces..., aunque me pillen.

José González Palma.

Profesor de Secundaria

Córdoba