El primer clásico de la temporada condicionó la agenda de millones de españoles. El Córdoba-Girona se adelantó a las cuatro y media de la tarde para que los seguidores cordobesistas pudieran llegar a tiempo para ver en la tele a las estrellas de Guardiola y Pellegrini. Pero, a pesar de que había margen, muchos prefirieron pederse los últimos minutos de El Arcángel, aunque el partido no estaba resuelto. Está claro que hay hábitos con los que aún no puede la pasión blanquiverde.