No me gustaría que el debate suscitado sobre la imagen que ofrece a la ciudad el hotel AC Córdoba Palacio se redujera a un bis a bis, pues, como arquitecto, me resulta de gran interés que se discuta públicamente sobre los logros de la arquitectura contemporánea en esta ciudad milenaria. No obstante, quisiera puntualizar un par de cuestiones a raíz de las alusiones que don Francisco Muñoz Jiménez recoge en una carta publicada recientemente en este diario acerca de mi anterior artículo, titulado Ojos que no ven . En primer lugar, yo mismo suscribiría el último párrafo de su carta, en el que enumera las múltiples vertientes de la arquitectura, como técnica, como función, como generador de cultura o como arte. Y también afirmaría, como él, que toda obra arquitectónica es susceptible de valoración y opinión, a la que los arquitectos nos vemos sometidos. En efecto, es así y así lo tengo asumido desde que inicié el ejercicio de mi profesión, más aún en estos últimos años en que me he centrado en la arquitectura pública.

Y, en segundo lugar, tengo que rechazar de pleno que yo califique, ni siquiera de forma velada, como inculta o ignorante la opinión que él sostiene sobre la estética del hotel. Sin embargo, por el contrario, sí he de ratificarme en que la propuesta de enmascarar la fachada del hotel AC Córdoba Palacio me parece agresiva, intolerante e inadmisible. Agresiva, es evidente. Intolerante porque pretende que se cambie algo que no gusta por este único motivo, cuando el propio señor Muñoz Jiménez reconoce que la obra arquitectónica es mucho más que lo estético. E inadmisible porque nadie puede pretender, ni tiene derecho a ello, la transformación de una obra que es el resultado de un proceso creativo personal e inviolable. Y debo ratificarme con rotundidad, porque cuando se trata de la creación artística puedo asegurarle, señor Muñoz, que mis ojos ven y mi corazón siente. Y por ello también se duele y se rebela ante cualquier intento de coartar la libertad de creación del artista en general y, en particular, del arquitecto.

Javier Valverde Abril. Arquitecto

Córdoba