Mañana a las cuatro de la tarde las imágenes de Nuestra Señora de las Angustias con su Santísimo Hijo en sus brazos volverán a salir de la Iglesia de San Agustín con destino a San Pablo. Veinte días antes hicimos el recorrido inverso en uno de los momentos más emotivos vividos por la cofradía durante su historia reciente: la vuelta por unos días de la Virgen a su barrio. El balance de estos días no puede ser más positivo; no solo la exposición Angustias: Fe, Historia y Patrimonio ha sido un gran éxito de público y ha recibido críticas enormemente elogiosas --algo que solo puede ser achacable al magnífico trabajo realizado por su coordinador, Miguel Angel de Abajo--, sino que el barrio, su barrio, se ha volcado con la Virgen hasta el punto de que sus gentes fueron las que solicitaron al Obispado la prolongación en unos días de la presencia de la Virgen de las Angustias en San Agustín, a lo que la hermandad accedió de buen grado.

En conciencia, la hermandad no puede volver a su iglesia sin antes realizar un público agradecimiento por su cariñosa acogida a los Padres Dominicos, que durante estos 20 días con tanta paciencia y cariño nos han tratado y, de forma muy especial, a las gentes del barrio de San Agustín, que han demostrado una enorme devoción y amor a Nuestra Señora de las Angustias, una devoción que ha permanecido siempre en el recuerdo pese a 48 años de ausencia.

Antonio López de Letona Natera

Hermano mayor de Las Angustias

Córdoba