El Salón Monográfico de la Joyería Cordobesa, Joyacor 2009, abrió ayer sus puertas en el pabellón Surgenia del Parque Joyero. El certamen, que se ha consolidado como el segundo más importante del país, llega a sus 25 años de historia en unos momentos de gran dificultad económica, que además se ha agravado por el alto valor del precio del oro y por la caída de la demanda. Sin embargo, la feria mira al futuro para tratar de superar la actual adversidad. Hace 25 años, este sector industrial estaba dominado por la actividad de empresarios catalanes, valencianos y gallegos. Hoy, sin embargo, Córdoba tiene ganada una posición que no puede perder pese a las dificultades. La joyería cordobesa representa el 60% de la producción nacional, tiene registradas más de mil empresas y emplea a más de diez mil trabajadores.

Los joyeros volvieron a recuperar ayer la histórica demanda de la construcción de un recinto ferial que responda a las necesidades de la actividad económica cordobesa. Pese a la crisis, esta circunstancia no debe volver a quedar en el olvido y desde las instituciones se hace necesario un mayor impulso a una iniciativa adecuada como ya hay en el resto de capitales andaluzas. La realidad actual no puede frenar este proyecto, sino que exige redoblar los esfuerzos de las administraciones.

El futuro de esta industria pasa, y no es nueva la idea, por la exigencia de seguir trabajando para alcanzar cuanto antes la unidad del sector que se rompió hace unos años al desencadenarse la crisis por el caso IVA. La responsabilidad de las dos asociaciones principales del gremio debe acabar con una división que solo ha provocado malentendidos y freno a su propio desarrollo.

La joyería debe también seguir trabajando por la transparencia, por avanzar en el diseño y por la apertura de nuevos mercados internacionales. La provincia de Córdoba, que adolece de un tejido industrial tan escaso, no puede dar la espalda a una actividad centenaria que tanto significa para la capital.

El presidente de la Asociación Provincial de Joyeros, Manuel Berral, reivindicó ayer más apoyos y más unidad de las distintas instituciones. De otra manera no se ha entendido en estos 25 años la historia de Joyacor. Pese a la rebaja en el número de expositores (en esta ocasión hay unos 80), sigue siendo la principal feria que se celebra en la provincia, la única de la platería que tiene lugar en Andalucía y la segunda más importante de España. La joyería debe seguir trabajando para hacer frente a los retos de la globalización, pero también por modernizar sus productos y llegar a nuevos mercados. Por eso, tanto las empresas como las instituciones deben sacar de esta dificil edición de Joyacor el acicate, el estímulo para seguir haciendo cada uno sus tareas en beneficio propio y de la economía cordobesa.