Son tantos los temas de estos dias, en todos los ámbitos, tantos los titulares de los periódicos, tanta la algarabía de un país, ciertamente atónito por los acontecimientos pero que da la impresión de no inmutarse por nada, que, acaso, lo mejor, a la hora de escribir unas lineas y ofrecer algunas pinceladas sobre la actualidad, es elevarse un poco sobre el ambiente reinante y acoger, otros títulos, por ejemplo, "Amor infinito"; otras voces, por ejemplo, la de Plácido Domingo; y otros mensajes, por ejemplo, los de los poemas de Karol Wojtyla. El tenor ha lanzado su nuevo trabajo discográfico, un álbum que, según explicó, ha tardado un poco en publicarse en España y en el que pone música a 12 poemas de Juan Pablo II. Empezó la labor de búsqueda con su hijo Plácido Domingo jr. La primera obra fue un texto difícil, "Tríptico romano", pero llegarían más. En ese "Tríptico" hay unos versos que no resisto la tentación de evocar y que el Papa titulaba así:"No moriré del todo". Son muy hermosos: "Y así pasan las generaciones / llegan desnudos al mundo y desnudos / volverán a la tierra / de la cual fueron sacados. / Porque "polvo eres y al polvo volverás". / Lo que tuvo formas se volvió informe. / Lo que era vivo, he aquí muerto. / Lo que era bello, he aquí ahora fealdad / del despojo". El hombre se hace ceniza, pero no ceniza de la nada, como escribió José Hierro. El Papa responderá a la incógnita terrible del hombre, resumida por Rubén Darío: "No sabemos a dónde vamos, ni de dónde venimos". Ahora, Plácido Domingo, los eleva con su voz y los ensalza con su música, mientras ilumina con su palabra el paisaje. "Hay momentos en que necesitamos la religión y la fe. Yo creo que la Iglesia debería dedicarse más a quienes lo necesitan. Juan Pablo II era un hombre que irradiaba algo especial y que me transmitió siempre su fuerza hasta la emoción".

* Periodista