El Congreso de los Diputados derrotó ayer --con los votos del PSOE, el PNV y Coalición Canaria-- las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado del 2010. Es un triunfo importante de José Luis Rodríguez Zapatero. No están automáticamente convalidados, pero previsiblemente lo serán, y el presidente del Gobierno lo ha logrado pese a que el PSOE carece de mayoría parlamentaria y a que la crisis y el incremento del paro hacen difícil obtener apoyos de otros grupos parlamentarios. Además, lo consigue gracias a dos partidos centristas. Una garantía de que, pese a la propaganda de la derecha, Rodríguez Zapatero no cede a ningún descabellado izquierdismo.

Otra cosa es si las cuentas que ayer salvaron el escollo de la oposición son los presupuestos que España precisa. La vicepresidenta Salgado argumenta que para afrontar la crisis se mantiene el gasto social, que suaviza los efectos sobre el empleo, y gran parte de los estímulos fiscales. Y que, al mismo tiempo, se combate el déficit --misión obligada para no hipotecar el futuro-- con los recortes posibles en el gasto público y pequeños aumentos impositivos. Asegura, además, que el déficit del Estado no superará el 5,4% del producto interior bruto (PIB), y la deuda pública total, el 62,5% del PIB, 20 puntos menos que la media de la zona euro.

CRITICAS A DERECHA E IZQUIERDA

La vicepresidenta tiene bastante razón. ¿A qué se deben, pues, las críticas tan duras de la derecha (PP) y de la izquierda (IU y otros)? Las de la derecha obedecen en gran parte a demagogia y a las ganas de matar a Zapatero (las tiene desde que perdió las elecciones del 2004). Las de la izquierda, a debilidad y a que para mojarse exige demasiadas cosas, no siempre razonables. En el caso de CiU prima el desquite contra Zapatero; y en el de ERC, la decisión de tener las manos libres ante la dura batalla electoral catalana. El PNV tiene más sentido práctico que el nacionalismo catalán.

Pero también hay errores del Gobierno. La subida impositiva se ha explicado poco y mal. La desgravación fiscal a las pymes es estúpidamente tacaña. La creación de empleo exigía reducir cotizaciones sociales. Y recortar inversión en infraestructuras e I+D+i no es sano. Quizá algo mas de déficit permitiría acelerar la recuperación del empleo, nuestro gran drama.

FALLOS DE COMUNICACION

El Gobierno aprueba por los pelos, pero se explica fatal. La oposición no hace propuestas razonables y grita contra un Gobierno al que detesta y al que cree debilitado por la crisis y los fallos de comunicación. En esto tiene algo de razón. Pero el catastrofismo indica ausencia de alternativa seria.