No hace mucho el catedrático de Ciencias Políticas y Sociales de la Pompeu Fabra y profesor de Políticas Públicas en la estadounidense Johns Hopkins University de Baltimore, Vicenc Navarro, con no poca razón, manifestó en un artículo que lo que nunca debería hacerse en una gran recesión como la que vivimos y cuando el desempleo roza ya casi el 20 por ciento, es disminuir el déficit del Estado. Esto lo hizo en su día Franklin D. Roosevelt al inicio de la recuperación económica durante la Gran Depresión del siglo XX y la retrasó enormemente. No cabe duda de que España está aún inmersa en otra recesión y, para él, no saldremos de ella mientras no aumente la demanda interna, lo que debería estar ligado a un incremento del gasto público sostenido por un largo déficit. La ampliación de la presión fiscal progresiva se hace, pues, más necesaria que nunca y no sólo para reducir el déficit que genera el Estado del Bienestar, sino para poder incrementar también el gasto público y así poder estimular la economía, mientras se redistribuyen las excesivamente polarizadas rentas que existen en un país que, por cierto, es de los que presentan todavía una de las mayores desigualdades sociales de todo el Viejo Continente. Estoy de acuerdo con que el Gobierno suba los impuestos, pero también le diría al presidente Rodríguez Zapatero que su pretendida reforma fiscal tenga un enfoque menos instrumental que el que él mismo propugna, es decir, que no esté solamente destinada a cubrir gastos, que es lo que argumenta el Ejecutivo para defender la consabida subida de impuestos. Zapatero la justifica por la necesidad de afrontar los gastos sociales, que quiere mantener a toda costa durante la recesión, sin aumentar la deuda para no hipotecar el futuro, ni tampoco dañar la inflación. Zapatero debería saber que la disminución de las rentas del trabajo ha generado una insuficiente demanda, mientras que las plusvalías de las rentas del capital que se invirtieron de forma especulativa es lo que nos llevó hasta el desastre financiero. De ahí, que sea ahora necesario revertir dicha polarización, que aún persiste y fuera causa en su día de la Gran Depresión de los pasados años treinta, por la crisis del 29. Sería deseable que un Gobierno que se considera como socialdemócrata actúe en consecuencia y vea que al presidente Roosevelt no le faltaba razón cuando dijera aquello de la excesiva acumulación de riqueza como resultado de la avaricia y como mal económico también.

Creo que se hace ahora más necesaria que nunca una reforma fiscal en profundidad y a largo plazo también que suba el tramo más alto del IRPF, sin que ello perjudique a las rentas medias y a la de los trabajadores, paganos en la actual crisis, poniendo mucho más énfasis en los impuestos directos en lugar de en los indirectos, por la mayor evolución progresiva que tienen frente a los segundos. Entiendo acerca de la necesidad de dicho debate, al margen de que ahora se suba el IVA dentro de unos meses o los impuestos especiales como forma sencilla para recaudar fondos para el 2010. Siempre los socialdemócratas se caracterizaron por la presión fiscal, con la finalidad de expandir los servicios que contribuyen a enriquecer la vida de sus conciudadanos y muy especialmente de las capas populares, la base tradicional de aquella doctrina política.

Por eso, no estaría nada mal que ZP durante el presente fin de semana se pasara por la sede de Ferraz, donde se hablará de ello en el contexto de la "Crisis Global", dándose una respuesta desde la izquierda de su propio partido. Hoy, Josep Borrell inaugurará con una conferencia las jornadas que organiza Izquierda Socialista, en las se hablará en profundidad acerca de la crisis, de la empresa y del mundo del trabajo. En dicho primer panel actuarán como ponentes el eurodiputado Andrés Perelló, el diputado en el Congreso Manuel de la Rocha, José María Zufiaur, de la UGT y el catedrático de Filosofía Política de la UNED, Antonio García Santesmases. En otro panel, acerca de los sujetos y medios para salir de la crisis, intervendrán Pepa Pellicer, del comité federal del PSOE, Francisco Piniella, profesor de la UCA, la profesora de Filosofía del Derecho María José Fariñas, asesora de la presidencia del Gobierno, el sociólogo Marcos Roitman, profesor de la UCM, así como el profesor José A. Pérez Tapias, diputado en el Congreso. Mañana domingo se hablará de las políticas necesarias para la nueva economía, en un panel a cargo del ex eurodiputado Vicens Garcés, profesor de la UPV, Monserrat Calldeforms, economista y diputada en el Congreso, del presidente de ATTAC-España, Carlos Martínez, y de Juan Antonio Barrio, diputado en el Congreso. Seguro que del debate que se suscite podrá sacar buena nota para que su política gire más a la izquierda, sobre todo tras la improvisación y protección que de los poderosos mantiene, por mucho que él mismo afirme lo contrario.

* Catedrático