¡Ya está bien...! ¿Es mucho pedir querer vivir en un barrio tranquilo, en paz, en armonía y no en permanente sobresalto...? Aquí, en nuestra ciudad, cuando se organiza un sarao, una fiesta, o un botellón, ¿dónde organizarlo?... Inmediatamente nuestros próceres, los próceres de todos los estamentos, piensan que el mejor lugar donde llevarlo a cabo es en el Campo de la Merced (¡Vaya mes de mayo que hemos pasado con la Fiesta del Caballo, la Cata del vino, las cruces o verbenas de otros barrios que se vienen al nuestro porque aquí se vende más en la barra...). ¡Ya estamos hartos de tener que salir, cada tres por cuarto, en la prensa manifestando nuestra oposición, de redactar informes alternativos o de elevar escritos a la autoridad competente, de obstrucción de proyectos descabellados...!

A nosotros, de lo que nos gustaría hablar es de que se han iniciado las obras del Complejo Deportivo de San Cayetano (cuya primera piedra, pomposamente se puso el 9 de junio después de tres años de retraso y aún no han entrado las máquinas); de que se ha emprendido la construcción del Conservatorio Superior de Música, en Cronista Salcedo Hierro cuya edificación lleva varios años de retraso; de que la Cámara de Comercio de Córdoba (institución a la que el Ayuntamiento graciosamente le donó un magnífico solar en el Pretorio para la edificación de una nueva sede, un espacio que originariamente estaba destinado a la construcción de vivienda de renta libre y que, gracias a la lucha de nuestra Asociación de Vecinos, fue recalificada para usos sociales y cuya presidenta tuvo la descortesía de no querernos recibir cuando le pedimos mantener una reunión con ella --¡Oh tiempos, Oh costumbres!, diría Cicerón--), construya ese edificio emblemático prometido y no levante un bodrio. También nos gustaría hablar de que ¡por fin el Plan Renfe se ha concluido!; pues después de tantos años y después de haber dejado tanto dinero a las arcas municipales está aún por rematar. ¡Sí, por terminar, pues lo que han realizado en los Llanos del Pretorio es, perdónenme la expresión, un deleznable pastiche! ¡No, peor, un horrendo sacrilegio...! Un desangelado llano que han adornado con lo que parece, a lo lejos, un verrugoso lunar negro... Pero, señores, ese lunar negro es una magnífica escultura, Premio Nacional en 1905, dejada allí, y sin gracia, de la mano de Dios- ¡Desde luego en qué ciudad vivimos-!

Pues bien, lo que nosotros queremos es que en ese amplio escenario en el que algunos quieren que aterrice con fórceps un DC-7 se construya la fuente emblemática que todas las ciudades del mundo que se precien ya tiene y que se aproveche la remodelación de Los Llanos del Pretorio para dar una escenografía digna al magnífico grupo escultórico de Eduardo Barrón "La educación de Nerón".

¡Y no voy hablar del ruido del tráfico, o de la polución o contaminación atmosférica que sufrimos, pues eso serían elucubraciones metafísicas...¡

En conclusión, de lo que queremos y nos gustaría hablar es de lo habitable y de lo hermoso que es el Campo de la Merced; de sus magníficos monumentos; de sus amplias avenidas, del encanto de sus rincones; del primoroso Plan Renfe una vez que lo concluyan, de la belleza de esa hermosa esmeralda incrustada en el corazón neurálgico de nuestra ciudad que es los Jardines de la Merced que se ve amenazada por la construcción de un aparcamiento subterráneo; de su fascinante pasado histórico, del que nos sentimos tan orgullosos. De estas cosas son de las que aspiramos hablar y las que deseamos reivindicar, y no de los pegos que nos propone, como diría un cordobés castizo.

Jesús Padilla González, A.V.

Torre de la Malmuerta

Córdoba