pMEMORIA

nSobre un libro publicado en Montemayor N

***Aurora Garés Laguna

***Montemayor

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El motivo de mi reflexión es un libro publicado en Montemayor por los alumnos y alumnas de tercero de ESO. Una labor encomiable si hubiera sido realizada por ellos y ellas. Ojeo y voy observando en las fotos las personas que forman parte de mi pasado. Pero al llegar al capítulo de política me encuentro con la persona más querida, mi padre, ya fallecido. Me intereso por los comentarios de las fotografías. Y aquí empieza mi dolor e indignación. En primer lugar esos comentarios no han sido hechos por niños y niñas de ese curso. Busco otros comentaristas y me encuentro con profesores y profesoras del IES Ulia Fidentia de esta villa. Y pregunto ¿dónde está el rigor científico que debe tener un trabajo? ¿Dónde está el proceso de información y documentación riguroso? ¿Dónde el espíritu de tolerancia y respeto que predicamos a boca llena en los centros educativos? Mi conclusión es que hay personas que equivocaron su profesión. Que no han encontrado su sitio en política e intentan hacerla en las aulas. Lo grave es que ponen en boca de niños-as sus frustraciones, sus tendencias (a pesar de criticarlo de otras épocas históricas y todo aquello en otro marco que no lo dejan exponer. "Abre la boca y di lo que quieras". Eso es ese trabajo que se han convertido en motivo de dolor para algunas personas entre las que me encuentro yo y mi familia. En ese libro se ofende la memoria de algunos ya desaparecidos y que trabajaron por Montemayor sin interés alguno.

pTOROS

nA don Enrique

Romero N

***Félix Castrillo Jiménez

***La Carlota

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Espectáculo lamentable el que vimos días pasados los aficionados que estábamos asistiendo a la retransmisión de la novillada de promoción de Canal Sur. Es lamentable que cuando las personas que teóricamente su función es la de informar, mayormente a los neófitos, se dedican a dar opiniones personales y procedan, creyéndose poseedores de la verdad, a verter sobre el trabajo de un gran profesional, como es don José García Guillén, inexactitudes y mentiras, que a la vista de lo que pasaba en el ruedo se podía comprobar la animadversión clara que tenía sobre la ganadería del Madroñiz. De los seis novillos que se lidiaron, dos fueron buenos, segundo y quinto, dos se dejaron torear, y otros dos ofrecieron algunas dificultades, pero nada que no sea dentro de la normalidad. Esto no es solo mi opinión, sino la de muchos que se han vestido muchas tardes de torero.

No sé qué problema personal tendrá usted con don José García Guillén, pero por sus comentarios se veía claramente que su misión esa tarde era la de tirar por el suelo su ganadería.

Don José García Guillén, además de un gran ganadero, es un excelente aficionado, conoce con exactitud todas y cada una de las vacas de su ganadería, sus crías, sabe perfectamente cada vaca cuando fue tentada y por quién, las veces que fue al caballo y su comportamiento durante la lidia. Y quedarse como reproductora en la ganadería no es nada fácil para las eralas que se tientan.

Se vio claramente el plumero, señor Romero, y escuchándole se me vino a la mente un crítico taurino de los años sesenta que siempre ponía verde a Manuel Benítez el Cordobés, hasta que un día recibió de regalo un Mercedes , ese día, tuvo la desfachatez de decir en televisión "hoy el Cordobés me ha convencido".