Los aducidos endebles e ilusorios brotes verdes nacidos en las praderas, gubernamentalmente administradas que empero hoy azota y asola una constatada y tenaz sequía, apenas nacientes, irrigados con la ponzoña de la crisis, se han vuelto un tanto mustios un poco después de concluir el reciente período electoral. Irrecuperables, además, o en caso contrario en incierto plazo --¿o allá en el 2011?-- a tenor del negativo pronóstico indicado al respecto por los responsables del citado cultivo. Todo ello discrepando, como no podía ser de otra manera, de los relacionados criterios del FMI y de la OCDE, así como de las concernientes previsiones de la UE.

¿Error contable, podría argüirse? ¿Falta de previsión? ¿Diagnóstico equivocado, tal vez? ¿Contumacia en el yerro no enmendado? ¿El que resiste gana, quizá se piense? Habría que preguntar la opinión que les merecen tales interrogantes a cualquiera de los que forman el ingente, y más de cuatro veces millonario, colectivo de los sin empleo, con tasa creciente, día a día, que en abril ya se situaba por encima del 18%. E ítem más, no solamente a la par se anuncia la subida de determinados impuestos, a consecuencia de la merma en los ingresos fiscales, sino que se aprueba un crédito extraordinario por unos 17.000 millones de euros, equivalentes al 2% del PIB, para atender las prestaciones derivadas del paro laboral.

¿Por qué no es el momento de la acción concertada de las fuerzas sociales, económicas y políticas para abordar de manera consensuada las medidas que la situación reclama?

* Licenciado en Derecho