Cuando oigamos a quienes se lamentan de la destrucción de empleo, y achacan al Gobierno ese enorme aumento de desempleados, deberíamos recordar que los desempleados son despedidos, es decir, personas que trabajaban en alguna empresa y a las que han echado del trabajo. Porque los parados no lo son por voluntad propia, ni han dejado el empleo para vivir sin trabajar cobrando el subsidio. Los del PP hablan a veces como si los desempleados fueran víctimas del Gobierno; vamos, como si el Gobierno despidiera. Sabemos que las administraciones públicas despiden a pocos, a menos quizá de los que debieran. En realidad, los que despiden son los empresarios. Los que han causado los tres millones y medio de parados son los empresarios, y nadie más. Su razones tendrán, por supuesto. Dicen que no hay demanda de los productos, no hay créditos de los bancos, los costes aumentan. En resumen, las cuentas no salen y no hay más remedio que despedir.

Aquí no se trata de demonizar a los empresarios. Tenemos que comprender la lógica de las empresas, las cuales compiten en el mercado. Pero debemos tener claro que, cuando hablamos de desempleados, estamos hablando de despedidos, y de que pronto tendremos cuatro millones de ellos. Dado que el desempleo/despido ha aumentado en España más que en otros países, me pregunto: ¿puede haber mayor libertad de despido que la que hay en la economía española? Y todavía quieren despedir a más. ¿No ven que con más despidos se van a quedar sin clientes?