Veo en televisión cómo el portavoz del Gobierno de Aguirre declara que los servicios de seguridad de la Comunidad de Madrid no espiaron, que esas supuestas fichas de seguimiento a políticos populares reproducidas "se han fabricado en la propia redacción de El País" (sic). Y entro en estado de shock. ¿Cómo es posible hacer una declaración de tal calibre impunemente? Luego reviso mentalmente si en la más reciente historia político/periodística ha sucedido algo parecido. No recuerdo nada similar. Ni siquiera Nixon puso en duda la investigación de los periodistas del Washington Post , aunque las negara durante mucho tiempo. La prensa seria hace muy difícil este tipo de artimañas atufadoras. Cuando algún redactor se ha pasado y luego ha sido descubierto, se le expulsa y, si es el caso, el periódico pide perdón a los lectores. Hasta aquí llegan los males. Puede ocurrir, claro, que al periodista le den una información averiada, inexacta o falsa y equivoque al lector; incluso que el periodista hinche el perro de la noticia al tratarla de forma sensacionalista. Por tanto, acusar a un periódico serio de fabricar informaciones que luego lleva como pruebas a la fiscalía es un hecho gravísimo. No entiendo cómo El País no se ha querellado contra el portavoz popular. Hecho en falta que la Fiscalía de Madrid no haya abierto diligencias y que el Gobierno no haya mostrado en público su preocupación. Este periódico es una referencia mediática en el mundo. No deberíamos permitir al menos aún los propietarios y sus redactores- que este asunto extraordinario quedara sepultado por tanta hojarasca como arrastra este invierno.

* Periodista